Si te planteas apostar por la tecnología o por la comunicación, ya tienes la solución: siempre primero, la comunicación; y luego, la tecnología.

Las aplicaciones, los desarrollos tecnológicos, facilitan enormemente nuestra labor pero son siempre secundarios.

La tecnología cambia cada día; la esencia, los valores básicos, de nuestra organización deberían mantener una línea de coherencia y estabilidad.

Publicaba recientemente el portal IC Kollectif (enormemente recomendable para los interesados en la comunicación interna) el avance de un estudio realizado a finales de 2017 sobre el estado de la comunicación interna en el mundo: 2018 SOS: In many instances the news is not good.

Sobre una muestra de 650 profesionales, ofrece un foto fija de cómo evoluciona la comunicación interna. Las conclusiones no son muy alentadoras:

  • El 50 % carece de un plan de comunicación por escrito. En prosa fácilmente entendible, no tienen una estrategia de comunicación interna.

Y lo que es más grave, el 54 % de los encuestados (10 puntos menos que un año antes) no entiende esa estrategia.

  • El 42 % afirma desconocer qué está realizando la empresa en este ámbito.
  • Y durante el último año ha disminuido la percepción sobre el grado de implicación de la empresa en aspectos como el compromiso del empleado o la promoción de la estrategia, la visión y los valores entre los trabajadores.

  • Y, sin embargo, se advierte un enorme interés por la mejora de los medios digitales (+ 16 %).

De hecho, en el apartado referido a los canales aparecen como tendencia los chat bots, con tantas posibilidades de desarrollo y mejora de determinados procesos de comunicación como arriesgada parece su puesta en marcha en organizaciones que carecen de una estrategia que los sustente.

Para los que aún duden, conviene recordar que el éxito nunca vendrá (solo) de la tecnología sino de cómo seamos capaces de aprovecharla, de beneficiarnos de ella.

En #comunicación, el éxito nunca vendrá (solo) de la tecnología sino de cómo seamos capaces de aprovecharla, de beneficiarnos de ella Clic para tuitear

Y el de la comunicación, es un ejemplo clarísimo.


Enlace relacionado: Disrupting the function of IC. A global perspective

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