Comprender a los políticos es casi un arte, que muchos aspiran a dominar y pocos realmente logran.
Si esperábamos que el lenguaje de las administraciones públicas nos facilitara esta tarea… Podemos seguir esperando.
Según el último informe de claridad en las administraciones públicas en España, elaborado por la consultora Prodigioso Volcán, al 73 % de los ciudadanos no nos resulta fácil comprender lo que nos quieren decir los gobiernos municipales.
Pero no solo hablamos del lenguaje, en el entorno digital, ni la apariencia ni la estructura de las páginas web nos ofrecen mucha ayuda.
Algunos de los errores que parecen en el informe incluyen un uso desenfrenado de tecnicismos, un tono más seco que una tostada sin mantequilla y una obsesión por las referencias legales que invita a convertirse en abogado para poder comunicarte con tu ayuntamiento.
La comunicación de las instituciones debería ser, casi por ley, como esos libros de autoayuda por los que todos suspiramos: clara, directa y sin complicaciones.
Pero la realidad nos pone enfrente, en ocasiones, a auténticos tratados de epistemología lógica, escritos por un catedrático 😉
Si apostamos realmente por instituciones transparentes, su comunicación debería ser cristalina.
Si no, estaremos privando a los ciudadanos de su derecho a recibir información sobre los servicios públicos de un modo fácil y accesible.
En tiempos de desinformación y auge de la inteligencia artificial es hora de plantear soluciones creativas.
Solo así podremos garantizar nuestro derecho a entender claramente los servicios municipales, cultivar una actitud crítica entre los ciudadanos y proporcionar herramientas para navegar en un mundo cada vez más enredado, donde la inteligencia artificial no me parece, ni de lejos, la principal amenaza.
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