Si tuviera que elegir un principio en el que apoyar cualquier labor de comunicación, especialmente en el plano de la comunicación interna, sería el de tratar de ofrecer siempre el mismo trato que te gustaría recibir a ti.
En #comunicación, ofrece siempre el mismo trato que te gustaría recibir. No falla Share on XAquí no hay duda. Salvo que haya alguna disfunción psicológica, siempre funciona.
Por eso me ha parecido tan clarividente un artículo publicado en Ragan.com sobre algunas verdades destacadas que acompañan o deberían al employee engagement.
En versión corregida y personalizada, algunas de estas evidencias serían:
- Reconocer y recompensar el trabajo bien hecho es un básico de la comunicación interna. Las golosinas, las celebraciones, las fiestas…, solo un complemento.
- En una empresa en la que trabajé, dado el trato que habitualmente recibíamos de la dirección (o al menos el que percibíamos, que a fin de cuentas es lo mismo), acuñamos el eslogan: no arroje cacahuetes a los teleoperadores.
Mucho cuidado, por tanto, con el trato que dispenses porque si tratas a tus empleados como niños, no te sorprendas luego de que se comporten como tales.
Si tratas a tus empleados como niños, no te sorprendas luego de que se comporten como tales Share on X- Cualquier acción de comunicación, por pequeña que pueda parecernos, cuenta. Sienta las bases para que el equipo que se encarga de la comunicación interna, los responsables de la empresa, los mandos intermedios… y cualquier otro empleado conocen el plan de comunicación, han participado en su elaboración y aportan su granito de arena por mejorarlo. Aspira a que lo vivan como algo propio.
- La mayoría de las preguntas que nos hacemos, sobre el funcionamiento de la empresa y -con mayor motivo- sobre la motivación y el compromiso de los empleados, tienen una repuesta, que está mucho más cerca de lo que pensamos. Pregunta, escucha y actúa en consecuencia.
if you don’t ask for employee feedback, you are asking for trouble, David Lee
- Pregunta, interésate por cómo se sienten los empleados, pídeles opinión… pero solo si se van a valorar sus propuestas y necesidades.
La satisfacción es igual al resultado obtenido menos las expectativas, por lo que cuanto más altas sean las expectativas, menor será la satisfacción, Luis Arroyo
- Lucha contra los rumores, elimina la incertidumbre. Para hacerlo, contamos con la herramienta idónea: la comunicación. Un empleado temeroso, preocupado, no se centrará nunca en los objetivos (comunes) de la empresa sino en sus propios temores.
Porque, si parafraseamos a Nietzsche, todo empleado que tiene un porqué, podrá lidiar con casi cualquier qué.