Vamos primero con las certezas:
- El auge de la comunicación es innegable.
- El contexto social y tecnológico, y la situación de pandemia que vivimos, han hecho que especialidades como la comunicación interna experimenten un crecimiento sin precedentes.
- Las herramientas para medir los éxitos de la comunicación han mejorado mucho en los últimos años y ahora es más sencillo que nunca mostrar los beneficios de una buena estrategia.
- La comunicación es homologable a una inversión, en determinados activos, a largo plazo. Las series históricas nos indican que siempre es positiva, siempre obtiene beneficios.
Pero junto a las evidencias, existen igualmente incertidumbres:
- La comunicación corporativa, las public relations de las que hablan los anglosajones, va mucho más allá de la mera publicidad o del márquetin. De ahí que la medición de sus resultados no sea homologable.
- Buena parte de las acciones de comunicación continúan siendo intangibles. Están, se pueden percibir, pero sus resultados detallados son muy difíciles de mostrar en toda su amplitud.
Salvo casos excepcionales, cómo medir la mejora de aspectos como la reputación o la imagen pública de determinada empresa.
Cómo vincular en cifras (clientes, negocio, beneficio…) un servicio excepcional de atención al cliente.
Cómo incluir en el balance de la inversión en comunicación los problemas (que siempre se traducen posteriormente en pérdidas económicas) que nos ahorra una buena estrategia de gestión (prevención) de crisis.
Pues no, a pesar del sentimiento -incluso entre los profesionales- de que buena parte de la inversión en comunicación se desperdicia, la realidad podría ser bien distinta.
Piensa, si no, en qué harían determinadas organizaciones si tuvieran que prescindir, ya, de sus acciones de comunicación.
Si tienes alguna duda sobre el valor de la #comunicación, piensa en qué harían determinadas empresas si tuvieran que prescindir de ella Clic para tuitearAhí reside realmente el valor de las relaciones públicas, aunque en muchas ocasiones ni siquiera nosotros seamos capaces de verlo.
Ilustración: Freepik. Felicitación: Canva