Olvídate de todo lo que te han dicho hasta ahora.
En comunicación, cuanto más claro, sencillo y directo, más bello y efectivo.
Muchas palabras nunca indican sabiduría, Tales de Mileto
Esos intentos de parecer más inteligentes a fuerza de utilizar términos incomprensibles, monólogos infinitos o figuras retóricas que lejos de arrojar luz oscurecen no son sino falsos y dañinos mitos.
Todos deberíamos aspirar al superpoder que asignaban al físico Richard Feynman: “la habilidad de explicar temas complicados (…) en términos simples”.
Porque cualquiera puede complicar un tema difícil. El verdadero talento reside en hacerlo inteligible, comprensible, accesible.
Para ello Feynman nos propone cuatro sencillos pasos:
- Elige un concepto sobre el que quieras aprender. En nuestro caso, si somos periodistas o comunicadores, sobre el que debamos investigar, informar o comunicar.
- Explícaselo a un niño de 12 años.
No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela, Albert Einstein
[Estos físicos se entienden bien entre ellos
].
- Reflexiona, perfecciona y simplifica (edita y vuelve a editar).
- Organiza y revisa.
Cuando pensemos en nuestro público objetivo, no des nada por supuesto y empieza de abajo hacia arriba. Supón que te estás dirigiendo a un niño o a una persona sin ningún conocimiento sobre el tema.
Si se comprende, tu mensaje ha llegado.
De lo contrario, vuelve a empezar .
La gente con la mente más clara y preparada es la más simple, Jack Welch
Artículo inspirado en The Feynman technique: the best way to learn anything
Fotografía: Freepick