Ahora que hay más expertos que nunca en el uso de las redes sociales, conviene ser cautos respecto a las afirmaciones que se realizan para no caer en cierto ridículo cuando el propósito previo quizá era el de ofrecer el titular más deslumbrante sobre el futuro del universo 2.0.
En este sentido recomiendo la lectura del blog de Joaquín Mouriz en el que se llaman a las cosas por su nombre, fruto -sin duda- del bagaje y conocimientos de su autor.
En esta misma línea me gustaría resaltar la serie que el diario El País publica desde hace un par de semanas en su suplemento Domingo relativa al futuro de los medios de comunicación.
El pasado 19 de septiembre, publicaba una entrevista con Jeff Jarvis (profesor de periodismo, consultor, escritor… con más de 100.000 visitas a su blog y 42.000 seguidores en Twitter).
Pese a algunas afirmaciones un tanto provocativas (intencionadas, seguramente), quedé gratamente sorprendido por la modestia de algunos de sus planteamientos, tan poco en boga actualmente: «Estoy intentando describir la economía del enlace y (…) ver cómo se enfrenta uno a esa realidad» o «Todavía no me he hecho del todo a la idea del alcance del cambio que vamos a ver».
Junto a ello, dejó algunas definiciones de manual sobre lo que supone actualmente Internet y el futuro papel que pueden (y deben) jugar los medios de comunicación:
- «La gente de los medios vemos Internet como si fuera un medio (…) pero no lo es; es un sitio. Internet es sociedad, un espacio donde nos conectamos con los demás, con información, con acciones, con transacciones (…). El control de Internet lo tiene la gente, es de la gente. Ahí somos invitados y si no añadimos valor sobramos.
- La creación de su blog le enseñó «un nuevo modelo de cómo los medios deberían operar: más como una conversación y un proceso que como un producto».
- «La resistencia (…) no se ha ido del todo. Pero el cambio es inevitable, es enorme y está encima de nosotros».
- «Haz lo que mejor sabes hacer y enlaza lo demás».
- «En periodismo, el valor ahora es la selección e intermediación en vez de la creación (…). En un mundo de hiperabundante oferta (…) lo caro no es crear contenido, sino encontrar el mejor contenido (…) Es la economía de la tinta frente a la del enlace (ink frente a link).
Para terminar con una recomendación saludable: «Yo no he creado esa economía del enlace, estoy intentando describirla; es una realidad, y estoy intentando ver cómo se enfrenta uno a esa realidad; protestar ante lo que viene no te lleva a ningún sitio; gimotear, tampoco. La gente tiene que enfrentarse a su nueva realidad».
En eso estamos.