Un excelente artículo de Fsblog nos revela con toda crudeza la enorme paradoja existente entre recibir más información que nunca y estar tan mal informados como siempre.
It’s not information overload, it’s filter failure, Clay Shirky, profesor de la Universidad de Nueva York, experto en redes sociales
[No se trata de un exceso de información sino de la ausencia de filtros]
La cantidad de información a la que estamos expuestos a diario aumenta, sin límite. Casi tanto, como disminuye su calidad.
Todas las informaciones son equiparables. No nos paramos a pensar en la relevancia de fuentes y periodistas, en la reputación del medio, en los intereses que subyacen detrás de cada tema…
El mayor peligro del acceso ilimitado a la información es que siempre hay alguien que la acepta sin cuestionarla, Esteban Illades, editor y escritor, autor de Fake news, la nueva realidad
Parece claro que:
- La velocidad de entrega de informaciones ha aumentado exponencialmente, paralela a nuestra ansia por consumirla.
- El coste de producir noticias se ha reducido enormemente, piensa, si no, en la cantidad de medios digitales, blogs, páginas webs… que puedes consultar con un solo clic.
- La industria de la información se sigue transformando, pero orbita, hoy, en torno al consumo. Vivimos en la era del titular.
Si no pagamos por las noticias, es la publicidad la que manda.
Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante, Ryszard Kapuscinski
- La información absorbe nuestra atención. Cuanta más consumimos, menos atención prestamos, a todo.
Cuando estudiaba Periodismo, aún sin teléfonos móviles y con un desarrollo de internet embrionario, solía leer los periódicos con un día de retraso.
El día a día no me dejaba demasiado margen y descubrí que, de este modo, ahorraba muchísimo tiempo.
Buena parte de las noticias que aparecían en los medios habían perdido su vigencia o atractivo, en apenas 24 horas. Y podía concentrarme en artículos de opinión y reportajes que aportaban una mayor profundidad y cuyos planteamientos resistían el paso del tiempo.
Si funcionaba en la década de los 90 del pasado siglo, imagínate ahora.
Inicia el año con nuevos hábitos, ponte a dieta de información irrelevante. Mejorarás tu atención y paradójicamente tu conocimiento sobre los temas que realmente te interesen.
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