¿Está en crisis el periodismo? No lo creo.
¿Es su papel necesario para una sociedad moderna y democrática? Imprescindible. Y con alguna salvedad, más necesario que nunca.
El problema está en el modelo. El actual tiene ya más de un siglo de vida y se ha renovado muy poco. Casi nada, si tenemos en cuenta los enormes cambios que hemos sufrido en los últimos años.
Un nuevo entorno, con otras reglas y otras demandas, exige una nueva respuesta, una nueva actitud. Y lamentablemente, aún ni siquiera se apunta cuál puede ser ese nuevo modelo.
Leía la pasada semana una entrevista con Robert G. Picard, en la que afirmaba: “Hoy día todo este valor [el del periodismo y los medios de comunicación] está siendo ferozmente desafiado por la tecnología (…). Está proporcionando a individuos sin el apoyo de una empresa periodística la posibilidad de acceder a las fuentes, tamizar la información, determinar su relevancia y expresarla con eficacia”.
Correcto pero insuficiente análisis, en mi opinión. Similares desafíos está encarando la industria de la música y no se me ocurriría considerarme músico por tener los medios técnicos y de distribución con los que hace unos años solo contaban las grandes empresas del sector.
Continúa Picard: “Los periodistas no son profesionales que reúnan una serie de conocimientos únicos, como sería el caso de los catedráticos o los electricistas.Por consiguiente, el valor económico primario del periodismo no deriva de su propio conocimiento sino de la transmisión de ese conocimiento a otros”.
Vuelvo a discrepar, qué se le va a hacer. Al margen de confundir, en mi opinión, un título (catedrático) con una buena práctica profesional (investigación, transmisión de conocimientos, vocación por la docencia…), se banaliza la capacidad de los periodistas de manejar una serie de herramientas que solo se adquieren con la práctica; igualico, igualico que en el caso de los electricistas que citaba.
Que nadie lo dude. Si el verdadero poder de la comunicación, como afirma Manuel Castells, es “la capacidad de moldear las mentes de las personas”, el periodismo tiene una larga vida.
Cambiarán sus fórmulas, el modo en el que se relaciona con las fuentes y sus destinatarios… pero su verdadera esencia se mantendrá intacta.
Porque en una época de creciente acumulación de información, es más necesaria que nunca la figura de un profesional que seleccione, analice, ofrezca contextualización y enriquezca la información básica de la que todo el mundo dispone.
El conocimiento está en manejar y utilizar correctamente los datos, no solo en disponer de ellos.
¿Qué te parece? ¿Estás a favor, en contra o, como los medios, no sabes no contestas?
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2 Comentarios
Silvia
Me parece muy acertado tu post pero me gustaría que hiciéramos un esfuerzo en analizar si realmente los periodistas estamos haciendo la tarea para la que estamos destinados (y formados) para dejarnos llevar por todo lo que hace más complicado que lo llevemos a cabo. Ahora mismo, las propias circunstancias de los medios y de las redacciones, hacen que la información esté bajando de calidad cada día.
Tenemos una importante responsabilidad por, como tú dices, manejar y utilizar los datos en vez de seguir lamentándonos de lo mal que está todo. Es mejor poco muy bueno que mucho y malo.
Luis Miguel Díaz-Meco
La propia situación de la profesión, sumida en una profunda crisis que se traduce a diario en despidos y cierres, provoca que la calidad de la información -tal y como indicas- y el prestigio de los periodistas se resientan.
La especialización, como apuntas, puede ser una de las vías para superar esta coyuntura. Las empresas tienen también la responsabilidad de buscar alternativas viables para que el ejercicio de un buen periodismo nos permita madurar y mejorar como sociedad.
Muchas gracias por el comentario Silvia. Es un placer verte por aquí 😉