El pasado viernes tuve la oportunidad de acudir al campus de Getafe de la Universidad Carlos III de Madrid para hablar sobre comunicación interna con un grupo de estudiantes de Periodismo, gracias a la amable invitación de su profesor, y amigo, Juan Pedro Molina Cañabate.
El marco de la conversación que mantuvimos lo tienes a continuación en la presentación que realicé.
Y con mucho más detalle en el artículo publicado por Ana Carrillo en su blog: Comunicación interna: primero valores y después herramientas.
Previamente, se habían planteado algunas cuestiones a través de Twitter y del hashtag #LMDiazenlaUC3M que si bien se explicaron en mayor o menor medida en la charla, quisiera -no obstante- responder como mínima deferencia y agradecimiento a sus autores: Justine, Carlos, Doris, Alejandro, Fátima, María Álvarez, María y Norma [Se han seleccionado solo algunas, que exploran diferentes ángulos de la comunicación interna].
¿Hasta qué punto es la transparencia necesaria como camino hacia una comunicación eficiente? #LMDiazenlaUC3M — Justine (@justinelbl) noviembre 7, 2014
Más que necesaria, considero que es imprescindible. Como afirma Paul Holmes, vivimos en la era de la transparencia radical, una transparencia que cada día exigen consumidores, usuarios, ciudadanos… y que están obligadas a ofrecer, por su propio interés y viabilidad futura, empresas e instituciones.
#LMDiazenlaUC3M ¿Cómo se estructura la com. interna dentro en la política (municipal)? ¿Hay diferencias entre una empresa y un Ayuntamiento? — Carlos Muñoz Díaz (@Carlos10MD) noviembre 10, 2014
La estructura y la forma de definir y desarrollar una estrategia de comunicación interna podrían ser idénticas. El problema que presentan las instituciones públicas es que los cambios políticos afectan, si bien no deberían, a la forma en la que se gestionan determinados aspectos, entre ellos la comunicación y la interna, en particular. No suele haber continuidad y los resultados, lógicamente, se resienten.
#LMDiazenlaUC3M Ya que el rumor es inevitable en una empresa, ¿cuáles son, para usted, las herramientas más efectivas para disminuirlo?— Doris Treviños (@DorisTR24) noviembre 11, 2014
La comunicación, con mayúsculas. Si comunicamos de forma constante los aspectos más relevantes para los empleados, solventamos sus dudas y los integramos en la conversación, el rumor será residual, sobre aspectos intrascendentes y sin posibilidad de dañar a la empresa o institución.
#LMDiazenlaUC3M ¿Cómo de relevante cree, que es el uso de redes sociales en el seno de una empresa? — Alejandro Zambrano (@alex_lex92) noviembre 11, 2014
Como cualquier otra herramienta de comunicación, las redes sociales deben estar al servicio de la estrategia. Si bien, con una adecuada formación y motivación previas de los empleados, los medios sociales pueden convertirse en un elemento notable de mejora de la imagen pública y de la reputación de la empresa y facilitar el conocimiento compartido.
Cultura corporativa. ¿Ceñir una nueva o adaptarse a la existente? ¿Alguna estrategia? #LMDiazenlaUC3M — Fátima Valero (@Issendil) noviembre 11, 2014
Depende. Si toda la organización asume como propia determinada cultura corporativa que se considera positiva, solo será preciso realizar algunos retoques que nos permitan adecuarla progresivamente al entorno. Para conocer los valores internos y saber cómo se perciben es imprescindible realizar, siempre y de forma previa, una labor de investigación y análisis.
#LMDiazenlaUC3M Si la comunicación y la organización offline son malas ¿en qué grado puede la comunicación online hacerlas productivas? — Maria ÁlvarezdelVayo (@mariaavg93) noviembre 11, 2014
Me temo que en ningún grado, María. La comunicación on y offline deben ser como el anverso y el reverso de una misma moneda y deben estar dirigidas a satisfacer las necesidades de la estrategia que haya fijado la organización. Si una de las caras es falsa, el tener otra genuina no convertirá en real la primera 😉
Y alguna otra que se formuló en el propio blog de Juan Pedro Molina:
Desde mi punto de vista hay dos aspectos básicos:
- La ignorancia. La falta de conocimiento sobre los enormes beneficios que encierra la comunicación interna.
- Y quizá la más importante, la necesidad de invertir a medio y largo plazo. La comunicación es una carrera de fondo que exige apostar por determinados valores y demostrarlos día a día para que puedan ser percibidos de este modo por nuestros públicos. Una organización que quiera poner en marcha una estrategia de comunicación interna debe verse, de algún modo, sacudida, agitada; debe liberar recursos (materiales y humanos) y ha de eliminar algunos obstáculos, fruto de malas prácticas que se han realizado durante cierto tiempo.
Hay muchas investigaciones y casos prácticos que lo prueban, pero me quedaría -Norma- con uno que incluí en la presentación, de la Universidad de Harvard (EE. UU.), que indica que una mejora de un 1 % del clima laboral repercute directamente en el 2 % de las ganancias de una empresa.
3 Comentarios
Ana Carrillo
Estupenda ampliación a tu charla, Luis, con esta lista de preguntas y respuestas 🙂
Uno de los temas que veo más complejo es el de la cultura corporativa, cómo transformarla para que incorpore estos nuevos valores que, como dices más arriba, son cada vez más exigidos por la sociedad a empresas y organizaciones. Un cordial saludo! 🙂
Luis Miguel Díaz-Meco
Mil gracias, Ana.
Comparto tu opinión sobre la cultura corporativa, no solo es complicado transformarla sino que requiere inequívocamente el compromiso de la dirección, la implicación y participación de los empleados… y tiempo. Pero si se tiene claro el objetivo y se ponen los medios adecuados, los resultados terminan por llegar 😉
Un cordial saludo!