Ojo al dato. Piensa claro para pensar mejor

 

Construimos nuestro conocimiento a partir de los datos.

El problema, o la bendición, es que hoy por hoy los datos nos abruman. Por ello, una mirada cuantitativa es más necesaria que nunca.

Y esto es lo que nos ofrece Kiko Llaneras en su libro Piensa claro, una hoja de ruta con pistas, sugerencias y experiencias para no dejarnos llevar por las apariencias, ser críticos y aprender a pensar mejor.

Piensa claro, Kiko Llaneras
Piensa claro, Kiko Llaneras

 

Porque el mundo es un lugar cada vez más complejo, y los datos nos ayudan a descifrarlo.

Estas son las reglas que nos propone.

REGLA 1. Acepta la complejidad del mundo

El mundo es un lugar complicado y nuestra capacidad de entenderlo o cambiarlo es bastante limitada.

Las cosas suelen ocurrir por múltiples motivos, aunque nuestro impulso sea pensar solo en uno y echar la culpa a alguien.

Hay que evitar el reduccionismo causal. La mayoría de fenómenos tiene múltiples causas. Ser feliz o que te vaya bien en el trabajo no responde a una única razón.

Buscamos instintivamente encontrar una causa clara, única y rotunda para todo. Hay problemas, sin embargo, que no son culpa de nadie; son el resultado de interacciones casuales, ingenuas o egoístas

REGLA 2. Piensa en números. Mide muchas cosas

Reducir algo a números (como por ejemplo un partido de baloncesto, o la calidad de un jugador) implica dejar aspectos fuera, perder matices, pero es la única manera de ser sistemático y avanzar.

Además, cuál sería la alternativa: el olfato, la intuición…

Hay que elegir bien las métricas, en función de lo que queramos medir, pero sin volvernos locos, porque la métrica perfecta no existe.

Un consejo muy útil en comunicación: en lugar de ofrecer el número de médicos de un país (que no nos dice nada), presenta su número por cada 100 000 habitantes. Ya tenemos una referencia perfecta para poder comparar. Y utiliza porcentajes, la métrica relativa por excelencia.

La mediana suele ser más informativa y fiable que la media, especialmente si hay valores extremos.

REGLA 3. Cuidado con los sesgos

Aplicamos sesgos a todo lo que nos rodea. Vivimos en burbujas.

Sesgos con lo llamativo, lo extraordinario (e.g. las desgracias que aparecen en las noticias) o con nuestra experiencia.

Conviene siempre tomar distancia y analizar nuestros razonamientos para tomar mejores decisiones.

REGLA 4. Asume que atribuir causas es difícil

Correlación no implica causalidad. Que dos cosas ocurran a la vez no significa que una cause la otra.

Por ejemplo, los nadadores profesionales suelen tener pies larguísimos. Si tú entrenas como ellos, cosa poco probable, no tendrás nunca sus pies. Ellos han llegado donde están, en parte, por el tamaño de sus pies.

Una variable es causa de otra cuando un cambio en la primera hace cambiar la segunda (tabaco y cáncer).

Actúa, pues, con cautela antes de atribuir causas, es muy difícil. Y nosotros somos muy aficionados a hacerlo.

REGLA 5. No desprecies el azar

Las rachas existen, pero nuestro cerebro las exagera. La regresión a la media implica que tarde o temprano volveremos a nuestro promedio.

REGLA 6. Predice sin negar la incertidumbre

Acepta que vives en la incertidumbre, aunque no te guste.

Vivimos «en un mundo donde la única certeza es la certeza de la incertidumbre», Zigmunt Bauman, sociólogo, filósofo y ensayista

REGLA 7. Admite los dilemas y haz malabares

Piensa como un superpronosticador:

Predice con probabilidades. Hay que exigir números (%, por ejemplo).

Piensa en el Principio de Pareto (regla de 80-20).

A menudo, el 80 % de los resultados viene del 20 % del esfuerzo.

Lo perfecto es enemigo de lo bueno (si con un 20 % ya tenemos un resultado del 80 %, quizá no deberíamos ir mucho más allá).

Eso sí, si quieres que algo salga excepcionalmente bien, tienes que ir más allá del 80 % (e.g. deportistas de élite).

REGLA 8. Desconfía de tu intuición

La intuición es un instrumento prodigioso, pero que recorta las esquinas.

El cerebro es una máquina tan potente para sacar conclusiones que a menudo se precipita.

Desconfía por principio, hasta de ti mismo


Fuente de la ilustración: Pixabay

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