Los placeres ocultos de la vida, Theodore Zeldin
Hay libros que te zarandean, te desconciertan, te sorprenden… Pues este es uno de ellos.
Realiza un recorrido por la historia del pensamiento humano, con sus grandezas, miserias y contradicciones morales, a partir de la vida y obra de algunos de sus protagonistas. Algunos célebres, otros anónimos, unos alejados de los focos de la atención mundial, pero todos con muchas enseñanzas que ofrecernos.
Su estructura interna es un poco caótica pero presenta una gran riqueza de matices, aproximaciones y puntos de vista.
Una obra, en definitiva, que busca propiciar el debate y la discusión, más que ofrecer certezas. De hecho, al finalizarla se agolpan las preguntas y apenas se obtienen algunas respuestas.
He aquí algunos de sus pasajes, aquellos que más concuerdan con mi visión de la vida:
Nuevos tiempos, nuevas creencias
Las viejas creencias se están derrumbando y amenazan con dejarnos desnudos.
Por más que nos preocupe preservar nuestra privacidad, también queremos que reconozcan nuestra singularidad.
La separación entre el trabajo y el arte es una de las tragedias de la historia.
Comunicación
La comunicación no consiste únicamente en enviar mensajes para que los descifren y los comprendan como el comunicador pretendía. La comprensión del mensaje y el conocimiento que se adquiere con él dependen de la relevancia que tenga para el receptor, dado que cada persona tiene conocimientos limitados y distinta disposición o energía para extraer las debidas implicaciones. Cuantas más sean las implicaciones y menos el esfuerzo que requiera extraerlas, mayor será la relevancia del mensaje.
Escucha y empatía
Estar vivo no es solamente que te lata el corazón, también es saber cómo laten los corazones de los demás.
¿Somos tan diferentes?
Dos personas son idénticas en un 99,9 %.
Abundancia de información, ausencia de conocimiento
Nunca ha sido tan difícil como hoy (…) disipar las nubes de la desinformación que nos rodean.
Vivo en la era de la información, en la economía del conocimiento y la sociedad del aprendizaje continuo. Sin embargo, me siento profundamente ignorante.
Transparencia
El secretismo es hijo del miedo.
Formación, aprendizaje continuo
Cuanta más formación tiene una persona, más duda.
Estamos vivos en la medida que adquirimos conocimiento, y el aprendizaje es un proceso que implica estar en desacuerdo con uno mismo.
Memoria
Nuestros recuerdos se forman en la misma parte del cerebro con la que anticipamos el futuro. Nuestra visión del futuro viene determinada por lo que sabemos del pasado.
Asesores (políticos)
Los bufones eran los encargados de decir lo que los súbditos serviles no osaban decir (…), tenían carta blanca para decir cosas ofensivas sin ser castigados, un privilegio que solo ellos poseían.
Todos los líderes dedican mucho tiempo a cuidar su “imagen”, como si no se atrevieran a salir a la calle sin maquillaje.
Felicidad
Es muy difícil calmar nuestras ambiciones si cada vez esperamos más.
En resumen, qué difícil es conocer quién se es, dónde se está y agradecer todo lo que se tiene; y qué importante es saber manejar con maestría las expectativas…
Puedes consultar otras reseñas (más de medio centenar) realizadas en este mismo blog.
Fuente de la imagen: Freedigitalphotos
2 Comentarios
Emilio Muñoz
Muchas gracias por la información, Luís Miguel!!!
Te sigo desde hace un año y tus entradas son especialmente enriquecedoras, no solo en lo que se refiere a comunicación. Más bien enfocas todo tu conocimiento y actuación poniendo al ser humano y su praxis en el centro. Al estilo de los humanistas de cualquier época… Un verdadero placer seguirte (ya tocaba proclamarlo!!!)
Un abrazo!!!
Luis Miguel Díaz-Meco
Gracias a ti, Emilio. No tengo palabras ante las tuyas, tan generosas y pelín excesivas 😉
Un fuerte abrazo!