El algoritmo de la felicidad, Mo Gawdat
¿Existe una fórmula para la felicidad? ¿Un algoritmo que nos garantice ser más felices?
Difícil. Y en este punto, Mo Gawdat nos hace alguna trampa con su algoritmo en el que afirma haber estado trabajando 10 años y que puso en práctica tras la traumática muerte, por un error médico, de su hijo mayor Ali.
Pero el mérito del libro es el de resumir hallazgos de la ciencia e investigaciones y publicaciones de autores como Daniel Kahneman, Malcom Gladwell, Nassim Nicholas Taleb o Elisabeth Küber-Ross que muestran pautas ciertas sobre qué nos hace felices y qué tipo de actitudes y conductas deberíamos evitar o fomentar para lograrlo:
- Partimos de una premisa básica errónea: el éxito, la riqueza, el poder y la fama no conducen a la felicidad. Es más, suele ocurrir que a más dinero, más problemas.
Hay gente tan sumamente pobre que solamente tiene dinero, anónimo
De hecho, algunas de las comunidades más felices del mundo están en los países más pobres de América Latina, donde las relaciones familiares y de amistad suplen la falta de medios económicos.
Y sin embargo, todos quedamos atrapados en la rutina hedónica de cuanto más tienes, más quieres.
La felicidad nos hace más productivos (en torno a un 12 %, según una investigación que se cita en el libro), por lo que -parece claro-:
El éxito no es la clave de la felicidad. La felicidad es la clave del éxito, Albert Schweitzer
- El 90 % de tu felicidad a largo plazo no puede predecirse por el mundo externo, sino por la forma en la que tu cerebro procesa el mundo.
De hecho el algoritmo que propone Gawdat es igual a tu percepción de los acontecimientos de la vida menos las expectativas relativas a tu comportamiento.
Porque son los pensamientos que generamos, no el acontecimiento real, los que nos hacen (in)felices.
Nuestro ego y los roles sociales que interpretamos, a veces sin ser plenamente conscientes de ellos, son obstáculos para nuestra felicidad. Los mejores profesionales suelen ser aquellos que no interpretan un rol en absoluto.
- La humildad y la propia conciencia sobre nuestra ignorancia son siempre valores seguros: ¿Sabes lo que ocurre en la vida de un amigo antes de sentirte molesto porque no te responde a una llamada? o ¿la situación personal por la que atraviesa ese compañero de trabajo antes de juzgarle por no devolverte la sonrisa?
Elige ser amable en lugar de tener razón y concede, siempre, el beneficio de la duda.
En teoría, la teoría y la práctica son lo mismo. En la práctica, no lo son, Albert Einstein
- Todos tenemos una sensación del control que ejercemos sobre nuestra vida (dinero, carrera profesional…) pero como demostró N. Nicholas Taleb en su teoría de los cisnes negros, se trata solo de una ilusión.
Solo hay dos variables que sí podemos controlar, siempre: nuestros actos y nuestra actitud.
Si un problema tiene solución, no hace falta preocuparse. Si no tiene solución, preocuparse no sirve de nada, proverbio chino
- Dada nuestra naturaleza, la mayor parte de nuestros pensamientos diarios son negativos y les conferimos un mayor peso en la toma de decisiones (incluso social y profesionalmente, tendemos a respetar más a las personas negativas).
El cerebro es como un velcro para las experiencias negativas y un teflón para las positivas, Rick Hanson
- Por eso conviene bajar la vista y evitar las comparaciones que conducen a la frustración: siempre habrá alguien que haya llegado más lejos o que lo haya hecho mejor.
Pero piensa también en sentido inverso:
Lloraba porque no tenía zapatos, hasta que me encontré con un hombre que no tenía pies, proverbio persa
Compárate solo contigo mismo y trata cada día de ser mejor persona, mejor profesional… y siéntete bien contigo mismo.
Lo único seguro y real es el ahora, el presente.
Cuando algo no es seguro -y nada lo es nunca- elige ser feliz.
Es difícil hacer predicciones, en especial sobre el futuro, Yogi Berra
Este artículo está dedicado a mis compañeras de trabajo y en especial a Adri, que cada día nos da una lección impagable de vida, de optimismo y de felicidad.
El próximo 6 de julio estaré en la Universidad Autónoma de Madrid para impartir el módulo dedicado a las redes sociales y las nuevas tecnologías como herramientas de comunicación, dentro del curso dedicado al Marketing de Ciudades.
2 Comentarios
Claudia Herbas
Muy lindo el artículo. Felicidades.
Efectivamente, las personas nos quejamos de cosas insignificantes, frente a otras situaciones de otros que atraviesan la resilencia en sus vidas.
Saludos cordiales desde Bolivia.
Luis Miguel Díaz-Meco
Muy amable, Claudia, muchas gracias.
Tal y como aparece en el artículo, deberíamos mirar menos hacia arriba y un poquito más hacia abajo.
La ambición, sana, las ganas de mejorar, de crecer, son cualidades muy positivas pero que conviene combinar adecuadamente con el realismo y con la conciencia de lo privilegiados que somos la mayoría.
Un cordial saludo desde España!