La primera vez que vi este vídeo, realmente, me impactó. Hace ya varios años pero aún así todavía lo utilizo en algunas de mis clases.
Se trata de una campaña de la federación sectorial financiera belga (no lucrativa) para concienciar a los usuarios de los peligros que conlleva compartir determinado tipo de información.
Obviamente en internet; difícilmente se nos ocurriría hacerlo con desconocidos en la calle o en un bar.
Hemos descubierto al enemigo… y somos nosotros, Pogo (tira cómica)
En ocasiones nos sorprendemos de la gran cantidad de información que se comparte, siempre otros, en redes sociales.
Y tememos que internet nos devuelva, casi como un espejo, una imagen demasiado real de cómo somos, dónde estamos y cómo nos comportamos.
Para evitarlo, conviene plantearse siempre una pregunta: ¿Qué nos gustaría que la gente viera, conociera de nosotros?
Y para ello, nada mejor que el sentido común. ¿Este comentario o publicación mejoran mi reputación o amenazan con destruirla? ¿Podrían leerlos sin ningún temor mi jefe, mi familia…? ¿Facilitan información personal o pistas sobre la misma que no confiaríamos nunca a un extraño?
Ante la duda, la respuesta es sencilla: No lo publiques.
Nuestra reputación, nuestra imagen personal o institucional, cada día está más vinculada a internet. Es, en muchos casos, nuestra carta de presentación y la puerta que nos va a abrir o cerrar futuras oportunidades personales o profesionales.
De ello dependerá, en buena medida, que nuestra identidad digital (nuestra actividad en redes sociales), deje una huella digital (información disponible sobre una persona o marca) acorde a la reputación digital que aspiramos a conseguir (percepciones que estas informaciones genera en los demás).
Este sencillo decálogo nos puede echar una mano en momentos de duda:
- Regla de oro: ofrece siempre el mismo trato que te gustaría recibir y concede el beneficio de la duda.
- Al contrario que en otras facetas de la vida, peca siempre por exceso: de cortesía, educación, paciencia… Y hasta prudencia.
- Traslada mentalmente esa conversación a otro entorno: ¿Enviaríamos ese correo electrónico o utilizaríamos esas palabras y ese tono si se tratara de una conversación cara a cara?
- Detrás de cada perfil suele haber, ya no es seguro, una persona, con tus mismos deseos, ilusiones, necesidades…
- Disculpa los errores ajenos, tal y como querrías que se mostraran de indulgentes con los tuyos.
- Muéstrate respetuoso con el tiempo y la dedicación ajenos. Los mensajes: cortos, claros y al grano. Y lo más importante, al principio. Menos suele ser más.
- La memoria de la red suele ser mucho más fiable que la nuestra. Todo queda grabado.
- Sé humilde, siempre hay alguien que sabe más que tú. Propón, comparte, dialoga, enriquece…, pero no pontifiques. Como decía Churchill:
Siempre estoy dispuesto a aprender, no siempre me gusta que me den lecciones
- Salvo que conozcas suficientemente a la otra persona y en un contexto determinado, huye de las ironías, a veces son muy fáciles de malinterpretar aunque utilices emoticonos.
Piensa en la cantidad de recursos (comunicación no verbal, tono de voz…) que nos acompañan en una conversación habitual y de los que no disponemos en Internet.
- Sé agradecido. No cuesta nada.
- Especial cuidado con la ortografía y la gramática. Ahora que disponemos de todo tipo de recursos gratuitos e inmediatos, por favor no estropeemos un texto con errores absolutamente evitables y, en ocasiones, casi imperdonables.
- Cuidado con los temas sensibles (tendencias sexuales, religión, política…). Seamos correctos en las formas y respetemos la diversidad.
- Y, a pesar de todo lo anterior, mostrémonos naturales, con nuestra personalidad. No renunciemos a esas características que nos hacen únicos.
Este artículo forma parte de la colaboración que hace ya años desarrollo con el IES Cartuja de Granada, y especialmente con el profesor José Miguel García Prados, artífice de un proyecto educativo diferente.
Fuente de la imagen: Pixabay
2 Comentarios
Francisco Antonio Garcia Morel
Muy buenas Luis, me encanta cómo humanizas la comunicación digital, dejando claro que, como en la vida, delante de la pantalla todo es lo mismo.
Un mensaje que creo que habría de calar más en los distintos estamentos de la red, pero esa será una pequeña Utopía, que dejaremos para futuros proyectos.
Espero aprender mucho de tu blog. Mil gracias por este buen material.
Un cordial Saludo Francisco Sr,Morel@Galzak4
Luis Miguel Díaz-Meco
Muchas gracias, Francisco. Encantado con tus palabras 😀
Un cordial saludo!