Estaba previsto que el Consejo de Ministros aprobara el pasado 20 de agosto la Ley de Transparencia y Acceso de los Ciudadanos a la Información Pública, cuyo anteproyecto ya adelantó el diario El País.
Sin embargo, esta norma -una de las promesas electorales del actual gobierno socialista español- aún no ha visto la luz.
El debate se inició incluso antes de revelarse el anteproyecto. El profesor de IE University Juan Luis Manfredi publicaba un artículo el 15 de agosto en el que reclamaba la urgente aprobación de esta ley, para adecuarnos a la realidad europea y mejorar la calidad de la democracia. Su análisis iba mucho más allá: «Además de aprobar la ley, le toca al Ejecutivo impulsar un reglamento, la cultura de la transparencia, la disposición de los archivos, el gobierno abierto, la formación de los empleados públicos y el uso de las tecnologías».
Sobre el anteproyecto, que reconoce el derecho de los ciudadanos a acceder a la información pública, se han vertido un buen número de críticas y se han realizado pormenorizados análisis.
Más allá de insistir en ellos, me gustaría profundizar en la reflexión efectuada por el abogado José María Ruiz Soroa sobre la necesidad de que los partidos políticos -y las diversas administraciones públicas que gestionan- asuman de una vez por toda un comportamiento plenamente transparente que permita conocer, por ejemplo, los datos económicos que nos ayuden a trazar con exactitud cuánto se invierte en cada servicio público y con qué resultados.
En este sentido, sería igualmente deseable que se clarificaran -y se les dotara funcional y económicamente- los mecanismos que van a permitir que el acceso garantizado por la ley se cumpla realmente y no ocurra como otros (obligatoriedad de las administraciones locales para la presentación de las cuentas públicas en plazo y forma, pago obligatorio a proveedores en 30 días…).
Y puestos a pedir, que los partidos políticos asuman la calidad democrática y la transparencia hacia el ciudadano que tanto exigen a sus adversarios pero que son incapaces de cumplir allí donde gobiernan; porque no se trata de una cuestión de ideologías sino de apuesta por unos valores que beneficien a la sociedad en su conjunto.
2 Comentarios
Juan Luis MANFREDI SÁNCHEZ
Soy Juan Luis Manfredi.
Gracias por comentar mi tribuna. Encantado de discutirla 🙂
Ciao! JL
Luis Miguel Díaz-Meco
Un placer Juan Luis y mi agradecimiento por el conocimiento compartido. Un saludo