Lenguaje y comunicación. El (ab)uso de los anglicismos

Descuidamos el lenguaje muchas veces de forma inconsciente. Otras muchas, sin embargo, lo hacemos ignorando el objetivo primordial de la comunicación: trasladar nuestro mensaje y que se entienda con la máxima fidelidad al original.
Ocurre, por ejemplo, con los anglicismos. Poco importa que el público al que nos dirijamos conozca o no el idioma, nos arriesgamos a perder toda capacidad de influencia y persuasión con tal de parecer más listos y más modernos (o chics, que también manejamos con soltura los galicismos aunque no seamos capaces de juntar cuatro frases seguidas en estos idiomas).
Por tanto, utilicemos las palabras extranjeras o técnicas solo cuando sean necesarias y comprensibles. La jerga específica solo es admisible cuando todo el público la conozca.
O, dicho de otro modo: “Evite las palabras que la gente tiene que buscar en el diccionario, porque la mayoría no lo hará. Tan solo dejarán que el verdadero significado de la palabra sobrevuele sus cabezas o, lo que es peor, simplemente no lo entenderán”. Frank Luntz en La palabra es poder.
Aunque cuidado, si lo hacemos al pie de la letra, corremos el riesgo de que nos pase como a Juan Gómez en un correo electrónico que recibí esta semana –gracias Maite y Adri- y que me encantó (atención al último párrafo):
Juan Gómez Pérez, consultor de «Prais Guaterjáus an Cúper» (PGAC), fue detenido ayer en las oficinas de esta empresa por «desafiar a los directivos, al utilizar en repetidas ocasiones un correctísimo español en su labor profesional», según consta en la denuncia presentada en la comisaría madrileña de la calle de la Luna.

El detenido, según los testigos, habría provocado diversas escenas de terror lingüístico entre sus compañeros. Los problemas comenzaron en abril, cuando Gómez Pérez llegó a la empresa e insistió en poner Jefe de producto en su tarjeta de visita, en lugar del ‘Product Manager’ que aparecía en las de sus compañeros.

«Desde el primer día nos extrañó su actitud», comentó Francisco de Borja Acebo-Guindaleda y Álvarez de Las Asturias, Account Manager (director de cuentas) de PGAC, pero nunca creímos que fuera a reaccionar «con la violencia verbal con que se despachó después».

Un mes más tarde, durante la presentación del catálogo comercial, Gómez Pérez proyectó sobre una pantalla varias láminas que mostraban rótulos escritos en un absoluto castellano, mientras comentaba en voz alta los gráficos y cifras de la empresa en un discurso totalmente desprovisto de anglicismos.

Ante los ojos de sus compañeros -«horrorizados», según su propio testimonio- desfilaron varias decenas de frases escritas en la lengua de Cervantes sin que el consultor mostrara ningún pudor o vergüenza por lo que estaba haciendo. «El catálogo de la empresa había sido traducido y, por lo tanto, manipulado», aseguró el Managing Director (director general), Juan Jacobo O´Callaghan García-Carrizosa de Fontejudo: «Este sujeto había sustituido todos los ‘markets’, ‘targets’, ‘inputs’, ‘slides’ y ‘sponsors’… por mercados, objetivos, entradas, diapositivas y patrocinadores y otros varios que fueron apareciendo.

«El resultado fue que no entendíamos nada de la presentación, provocando el desconcierto general». Además, y según consta en la denuncia, el detenido habría cambiado las palabras ‘outsourcing’, ‘finances’ y ‘transactions’ por subcontratas, finanzas y transacciones. «Y se había quedado tan ancho; hasta ahí podríamos llegar», comentó indignado el responsable de PGAC.

Gómez Pérez no pudo terminar su presentación, pues fue reducido por dos compañeros de la empresa -el Phone&Door Manager (recepcionista) y el Security Surveillance Officer (vigilante jurado)- y maniatado hasta la llegada de la policía municipal, que puso al consultor a disposición judicial. «Lo ha hecho para provocar», comentaba ayer Ramón María Antúnez de Biedma y Fernández-Malvarrosa, consultor de PGAC, refiriéndose a la actitud de Gómez Pérez.

« ¿Quién se cree que es?, ¿un Vicepresident (subdirector)? No se puede ser tan hortera.», concluyó el Manager’s Ball (pelota del director). Debe tratarse de un morning-singer de three to the quarter (cantamañanas de tres al cuarto).

Para una visión más académica, recomiendo la lectura del siguiente artículo de Fundeu(Fundación del Español Urgente):
Y en un tono mucho más distendido:
  • Modernos y elegantes. [Enlace ya no disponible]
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2 Comentarios

  • Petra Magro
    Posted 22 septiembre 2011 10:59

    Gracias por tus notas de humor en este artículo. Es tan cierto lo que dices. Lo peor viene cuando buscas ese vocablo en español equivalente al inglés y titubeas hasta que al final lo terminas diciendo en inglés y obvias que todo el mundo te va a entender. Saludos

  • Luis Miguel Díaz-Meco
    Posted 22 septiembre 2011 14:51

    Me alegro, Petra, de que te haya gustado el artículo.

    El problema es que muchas veces lo hacemos de forma inconsciente, además el entorno no ayuda. Cada vez se utilizan más términos importados del inglés sin reparar en que existen en español.

    Gracias por el comentario. Un saludo

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