Si piensas que perderás, estás perdido. Napoleón Hill
Aunque escrito en 1937, Piense y hágase rico es un manual de comunicación e imagen, eso que ahora los más modernos denominan branding, con plena vigencia. [Puedes descargarlo en PDF si pinchas sobre la imagen].
Si bien tiene algunos pasajes que destilan cierto tufillo a fórmula mágica y otros con un contenido claramente machista, las partes más aprovechables compensan ampliamente estos guiños al público al que se dirigía y a la época en la que fue escrito.
A continuación expongo un breve resumen del libro a través de algunas de las citas que me han parecido más sobresalientes:
- Uno de los principios del éxito es el deseo (saber lo que uno quiere)
- La fe es el único antídoto conocido contra el fracaso
- Si hacemos inventario de nuestras capacidades y recursos, quizá descubramos que nuestra mayor debilidad es la falta de confianza en nosotros mismos
- Determinadas cualidades, carácter, inteligencia y personalidad, están por encima de la formación académica
- La fórmula secreta de la Coca-Cola es… la imaginación
- Donde hay una voluntad, hay un camino
- Los que abandonan nunca ganan…, y un ganador nunca abandona
- Recuerda que no es el abogado que más sabe de leyes el que gana el proceso, sino el que mejor se prepara
- Cuáles son las principales causas del fracaso: falta de un propósito claro, de ambición, de autodisciplina, las actitudes negativas, la dilación (procrastinación), ausencia de esfuerzo, de entusiasmo y de valores morales
- Y los principios para el éxito: deseo, decisión, fe, perseverancia, apoyarse en un buen equipo y planificación
- Sin perseverancia no se alcanza éxito notable en ninguna actividad. Con ella, se puede llegar muy lejos aunque se carezca de otras muchas cualidades
- La única casualidad en la que se puede confiar es aquella que uno ha sabido labrarse por sí mismo
- Hay tres grandes enemigos que debemos eliminar de nuestra mente: indecisión, duda y temor
- Disponemos de un control absoluto sobre una única cosa: nuestros pensamientos
Y una profecía que pronunciada en 1937 debería dar escalofríos a algunos y causar un enorme sentimiento de vergüenza a otros.
Hill se plantea en qué campos habrá demanda de nuevos líderes y responde: en la política, una demanda que apunta nada menos que a una emergencia.
Y ahí seguimos, casi un siglo después 😉
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