La figura del director de comunicación. ¿Eres moderno o rancio?

 

Vivimos en un mundo donde el funeral importa más que el muerto, la boda más que el amor y el físico más que el intelecto. Vivimos en la cultura del envase, que desprecia el contenido, Eduardo Galeano

Si hay una profesión donde nos gusta ser modernos, esa es la comunicación.

Hay que estar a la última, en todo.

Si sale una nueva aplicación, hay que probarla.

Que una red social comienza a petarlo, allí hay que estar. Y, ojo, no solo nosotros, a título individual, también nuestra organización.

Así nos pasa, que -en ocasiones- vamos como pollos sin cabeza. Hacemos mucho ruido, pero muy lejos de la sinfonía.

Y las empresas tampoco ayudan. Ignoran, en muchas ocasiones, lo que quieren y demandan una serie de cualidades que provocan la risa o el llanto, según te pille el cuerpo.

Solo hay que echar una ojeada a algunas ofertas de empleo.

Junto a las cualidades propias de un director de comunicación (experiencia en el puesto -mínimo dos dígitos-, máxima capacidad de interlocución -en varios idiomas-, visión estratégica, guardián de la reputación corporativa…) se solicitan otras que harían caer al mismísimo Superman en el síndrome del impostor.

Algunas pasan por el dominio de herramientas y aplicaciones digitales, elaboración y edición de piezas audiovisuales, gestión de redes sociales, diseño gráfico…

Si quieres ser moderno, apuesta por la comunicación: la interna, la gestión de la reputación de tu organización, la estrategia, la formación de portavoces internos…

Y hazlo con los medios y profesionales necesarios.

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Contratar a un director de comunicación para que, también, suba vídeos a TikTok no es ser moderno, es ser muy rancio.

Contratar a un director de comunicación para que, también, suba vídeos a TikTok no es ser moderno, es ser muy rancio Clic para tuitear

Supone desaprovechar el talento y las cualidades de un profesional que puede aportar mucho a la organización y en cuestiones mucho más importantes.

Y todo ello, sin entrar en las honduras de la inteligencia artificial .


Fuente de la ilustración: Freepik

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