Los valores, el compromiso ético, podrían ser el bálsamo para paliar la pérdida de reputación y confianza que sufren empresas y organizaciones.

En este sentido, hablaba recientemente José Manuel Velasco de la responsabilidad ética de la comunicación, un propósito que atañe directamente al profesional de la comunicación pero que depende, en mi opinión, mucho más del colectivo (de la propia empresa) que de conductas individuales.

Algunas de las conclusiones del libro Pre-suasión, de Robert Cialdini, apuntan a la ética como una fórmula no solo deseable sino rentable económicamente. 

La ética se ha demostrado una fórmula no solo deseable sino rentable económicamente Clic para tuitear

Porque pensábamos, erróneamente, que se podían -o se debían- priorizar los resultados sobre la ética. Pero no es así, los resultados llegan a través de comportamientos honestos, de un código ético.

No se pueden priorizar los resultados sobre la ética. Sin una no se llega a los otros Clic para tuitear

De hecho, cita Cialdini varios estudios científicos que apuntan al papel de la ética en el seno de la empresa:

  • El 80 % de los estadounidenses reconoce que su opinión sobre el nivel ético de las prácticas de determinada empresa influye directamente a la hora de adquirir un producto o contratar un servicio
  • Los valores éticos se relacionan con un mayor índice de satisfacción vital. Es más, el mantenimiento de una conducta ética mejora la probabilidad de que se tenga mayor salud física y mental a lo largo de la vida.

Por ello, en el libro se proponen varias medidas que no solo mejorarían las empresas internamente sino que las harían mucho más atractivas hacia fuera:

  • Considerar las valoraciones sobre la honradez del personal, de clientes y consumidores, en los incentivos que reciben los trabajadores.
  • Incluir la valoración ética de la empresa como una métrica que formara parte de los balances de resultados.
  • Y a nivel interno, que la valoración del comportamiento ético de la empresa por parte de los empleados influyera directamente en el paquete de compensaciones que reciben los altos directivos.

Medidas muy avanzadas, revolucionarias, para un contexto como el español pero que sin duda contribuirían a mejorar los hábitos y la percepción (medida en reputación y confianza) que tenemos de empresas y organizaciones.

Porque hay investigaciones que indican que una compañía desprestigiada tarda años en recuperar la confianza perdida y solo si de forma reiterada ha demostrado un nivel renovado de integridad.

No estaría mal que hiciésemos examen de conciencia y comprobáramos en qué punto nos encontramos.

Photo by Jon Tyson on Unsplash

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