La pasada semana se presentó la 10ª edición de Perspectivas Wellcomm, un referente ya en el análisis de las tendencias en comunicación que, año tras año, es posible gracias al equipo de Wellcomm, con Rosa Matías y Silvia Albert a la cabeza.

[Al margen de mi admiración profesional, me une un especial cariño por ambas y siempre es un placer participar en proyectos tan bien diseñados y ejecutados como este].

En la edición de 2019, El talento que hace posible la comunicación en España, han participado un enorme número de profesionales y amigos por lo que su presentación en el Espacio Fundación Telefónica fue redonda.

No dejes de leer la publicación porque merece muchísimo la pena. Mi contribución a la misma la tienes a continuación y, previamente, este breve resumen:

 

Nuestro sesgo natural hacia el optimismo provoca que veamos como tendencias del presente procesos que solo veremos en un futuro, y no siempre cercano.

En comunicación se trata de un juego muy útil porque nos permite prever escenarios y estar preparados para ellos. Pero su validez sigue siendo limitada porque, como nos han demostrado Taleb o Kahneman: “Los errores de predicción son inevitables porque el mundo es impredecible”. Ahora más que nunca.

Me aventuraré, no obstante, a realizar un ejercicio de retrospección… del futuro más cercano. Si bien hemos de ser conscientes de que vivimos con una sensación continua de desorientación, agravada por el ritmo de la disrupción tecnológica.

  • La ética, quién nos lo iba a decir, se ha convertido en el concepto de moda. Parece haberse acabado el debate sobre la necesidad de una comunicación sincera y honesta. Y se ha trasladado a la tecnología.

El reto es ahora compatibilizar avance tecnológico con garantía ética, en una evolución que nos permita mejorar como personas, profesionales y sociedad. Hasta el fundamento mismo de algunas redes sociales se está viendo sacudido por algoritmos que alimentan dependencias, priman el beneficio económico y comercian con la privacidad de un modo público.

El reto es ahora compatibilizar avance tecnológico con garantía ética, en una evolución que nos permita mejorar como personas, profesionales de la #comunicación y sociedad Clic para tuitear

La aplicación exitosa de la inteligencia artificial parece que tendrá más que ver con los condicionantes éticos que seamos capaces de integrar en las máquinas que con la propia evolución tecnológica. Y en comunicación, por formación humanística y convicciones éticas, deberíamos estar en condiciones no solo de entender estos avances sino de aplicarlos y explicarlos convenientemente al resto de la sociedad.

  • La (r)evolución que vivimos ha provocado que conceptos como la transparencia hayan pasado en muy poco tiempo del desarrollo teórico a una plasmación práctica que solo desde la ignorancia se puede eludir.
Si hay algo que no quieres que nadie sepa, quizás no deberías estar haciéndolo, Eric Schmidt, presidente de Google

Se han acabado las opciones; empresas y profesionales estamos obligados a cambiar nuestra mentalidad y a adoptar una cultura que incluya valores innegociables como la autenticidad y la honestidad.

Si careces de estos valores, no es que estés perdiendo el tiempo, probablemente ya estés perdido.

  • Muy vinculado a estos aspectos está la situación de la comunicación interna. Nunca agradeceremos lo suficiente al entorno digital su papel en la normalización (revalorización) del papel del empleado en el seno de las empresas.

Y no hablamos solo del talento y de la necesidad de tener a buenos profesionales cerca, especialmente en un entorno tan cambiante como el actual.

Parecemos haber descubierto, al fin, que la imagen que proyectamos y la reputación que aspiramos a tener depende básicamente de nuestros empleados: de cómo se comportan, qué grado de motivación tienen, cuál es su nivel de compromiso… y cómo comunican todo esto.

La empresa, como institución, ha perdido el monopolio de la comunicación; de hecho -en ocasiones- ha perdido hasta la credibilidad, casi la legitimidad, para hacerlo.

  • La crisis ha evolucionado como género para convertirse en elemento central de la comunicación.

La velocidad de consumo y propagación de informaciones y cierta carencia de formación y sentido crítico han favorecido la llegada de fenómenos como las fake news que amenazan a ciudadanos, empresas…, y hasta a entornos políticos y sociales tal y como los conocemos.

En nuestras manos está evitar que la verdad venga definida por los primeros resultados en la búsqueda en Google.

  • Afortunadamente, parece haber cierto consenso sobre el brillante futuro de la comunicación como una competencia clave.

Los líderes ya no lo son, solo, por su capacidad técnica sino por sus habilidades sociales. Y aquí, la comunicación aparece en todas las quinielas.

Conviene que los profesionales seamos cada día más conscientes de nuestras responsabilidades y misión, que quizá pasen por dar sentido a toda la información que recibimos, a ser capaces de distinguir lo que es importante de lo que no y a lograr conformar una fotografía lo más amplia y exacta del mundo en el que vivimos.

La responsabilidad de un profesional de la #comunicación quizá pase por dar sentido a la información que recibimos, a distinguir lo que es importante de lo que no y a conformar una fotografía lo más exacta del mundo en el que vivimos Clic para tuitear

Nada más… Y nada menos.

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1 Comentario

  • dieterduquette
    Posted 05 febrero 2019 18:52

    Thanks for sharing your great posts every week!

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