A raíz de un curso interno de formación, en cuestiones alejadas del ámbito de este blog e impartido por IFAES, cayó en mis manos una parábola sobre la esencia de la comunicación y su falaz condición de intangible, frente a otros recursos empresariales, que me gustaría compartir:
Era un 25 de diciembre. Cuentan que un famoso psicólogo americano de la venta pasaba por la calle para ir a su lugar de trabajo cuando se encontró, junto a una boca de metro, con un ciego que pedía limosna. A su lado había un cestillo con unas pocas monedas y una pizarra donde se leía: “Una limosna, por caridad”.
– ¿Quieres ganar más dinero? Le preguntó el psicólogo.
– ¡Por supuesto!, exclamó el ciego.
El psicólogo cogió la pizarra y escribió algo en ella.
Al finalizar la jornada laboral, el hombre pasó por donde estaba el mendigo. Este estaba entusiasmado, ¡tenía su cestillo repleto de monedas!
En la pizarra se leía un mensaje: “Hoy es Navidad y yo no puedo verla”.
Había vendido a la gente la idea de la ceguera.