O aprendemos a fallar o fallamos al aprender
La ambición desmedida solo conduce a la frustración y a la infelicidad. Hay que darse permiso para ser humano y aceptar la realidad.
Apreciemos lo que somos, disfrutemos de ello y seremos más felices!
Quien así habla, lo hace a partir de la experiencia. Tal Ben-Shahar fue un perfeccionista compulsivo cuya propia infelicidad le llevó a investigar por las razones que nos impiden disfrutar de una existencia más feliz.
Hoy es profesor de felicidad (Psicología Positiva) en Harvard y sus clases, como los mejores restaurantes, tienen lista de espera.
He aquí algunas de las muchas lecciones que podemos obtener de la lectura de su libro La búsqueda de la felicidad.
Aceptar la realidad
- “Dos y dos son cuatro. La naturaleza no te pide opinión. No le interesan tus preferencias ni si apruebas sus leyes. Tienes que aceptar la naturaleza tal y como es con todas las consecuencias que ello implica”. Fiódor Dostoievski
- «La percepción que la gente tiene del envejecimiento afecta significativamente a su longevidad. Los que tienen una visión positiva de la vejez viven una media de siete año más (…). Aquellos que aceptan la vejez y el proceso de envejecimiento viven gozan de niveles de salud física y mental significativamente más altos».
Afrontar las emociones negativas
- Lo primero, es aceptar la emoción como parte de nuestra realidad. Negarla solo provoca una intensificación de la emoción negativa. Hay que dar permiso a nuestras emociones a manifestarse.
- Una vez aceptada, hay que interpretar el suceso como negativo/inútil o positivo/beneficioso. Un mismo suceso se puede vivir como una amenaza o un desafío y dependiendo de cómo lo hagamos buscaremos beneficios o errores.
- Por último, hay que tomar –siempre- cierta perspectiva. Se cita el ejemplo de suspender un examen. Puede verse, en un primer momento, como algo grave pero dentro de un año ¿qué importancia real habrá tenido?, ¿disminuirán mis posibilidades de hacer algo valioso en la vida?
Aprendizaje
- No es una casualidad que las personas con más éxito a lo largo de la historia hayan sido las que más han fracasado.
- A Thomas A. Edison, que registró más de 1.000 patentes, cuando alguien le decía que había fracasado diez mil veces respondía: “No he fracasado. Simplemente he encontrado diez mil formas que no han funcionado”.
- Michael Jordan: “He fallado más de 9.000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 partidos. En 26 ocasiones he tenido la responsabilidad de lanzar el tiro que decidía entre ganar y perder… y fallé. He fallado una y otra vez en mi vida y eso es exactamente lo que ha fundamentado mi éxito”.
- “Y luego está el joven [estadounidense] que a los 22 años perdió su trabajo. Un año después se presentó como candidato al Parlamento y fue rechazado. Entonces, lo intentó en la empresa y fracasó. A los 27 años, sufrió una crisis nerviosa pero se recuperó, y con 34 años (…) se presentó candidato al Congreso. Perdió. Cinco años después, volvió a ocurrir lo mismo. Lejos de desanimarse (…) se marcó unos objetivos más ambiciosos y, a los 46 años, presentó su candidatura al Senado. Al fracasar de nuevo, intentó que lo nombraran vicepresidente, de nuevo sin éxito. A punto de celebrar su 50º cumpleaños, tras varias décadas de fracasos y derrotas profesionales, volvió a presentarse al Senado y, de nuevo, no lo consiguió. Pero dos años más tarde, ese hombre, Abraham Lincoln, se convirtió en el 16º presidente de los Estados Unidos”.
Bien y mal, luz y oscuridad
- “La luz es una fuerza activa; la oscuridad, la ausencia de luz, es pasiva. Cuando Edmund Burke declaró: ‘para que triunfe el mal, solo es necesario que los buenos no hagan nada’, identificó correctamente la relación entre las fuerzas positivas y negativas en la realidad: el mal es la ausencia de bien”.
Darnos permiso para ser humanos
- Pese a la creencia general de que una vida feliz se compone de un interminable flujo de emociones positivas -y que una persona que experimente envidia o rabia, decepción o tristeza, miedo o ansiedad no puede ser realmente feliz-, “los únicos que no experimentan (…) sentimientos negativos son los psicópatas y los muertos”.
Felicidad
- “Hay legiones de perfeccionistas que -a pesar de tener dinero, salud, y de ser guapos y famosos- son infelices (…) La felicidad depende mucho más del estado de ánimo que del estado de la cuenta bancaria. Una vez satisfechas las necesidades básicas –comida, vivienda y educación- el nivel de bienestar dependerá de aquello en lo que decidamos concentrarnos y de la interpretación que hagamos de los acontecimientos externos”.
Fracaso
- “Si bien el fracaso no garantiza el éxito, la ausencia de fracaso casi siempre asegura la ausencia de éxito”.
Humildad y arrogancia
- “Una buena salud mental está comprendida entre la humildad y la arrogancia; del mismo modo que la combinación de éxtasis y agonía establece una relación saludable con la realidad”.
Perfección
- “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”. Voltaire
Podéis leer un extracto del libro en el siguiente enlace
2 Comentarios
Lili
El solo hecho de reflexionar sobre estos temas ya es más que positivo.
Este post me ha recordado aquellas palabras que Saint-Exupéry pone en boca de El Principito: «En tu tierra los hombres cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín… Y no encuentran lo que buscan (…) Y, sin embargo, lo que buscan podría encontrarse en una sola rosa o en un poco de agua». Gracias, Luis, por recordarnos estas verdades esenciales.
Lidia Señarís
Luis Miguel Díaz-Meco
Gracias a ti Lili por asomarte al blog e interesarte por el artículo.
Muchas veces, tal y como comentas, conviene deternernos un momento a valorar lo que tenemos, que es mucho, en lugar de lamentarnos por lo que aún no hemos conseguido.
Un saludo!