La (buena) comunicación debería ser un derecho

 

La buena comunicación es un derecho, no debería ser un lujo.

En las administraciones públicas, la buena #comunicación debería ser un derecho, no un lujo Clic para tuitear

Y en la administración pública, por ejemplo, existen aún incontables obstáculos para garantizar una comunicación fluida con los ciudadanos.

Se trata, además, de un ámbito especialmente sensible. De él depende en buena medida cómo nos relacionamos e integramos socialmente.

Desde documentos públicos imprescindibles para el ejercicio de nuestra ciudadanía (registros, DNI…), al pago de impuestos o información de máxima utilidad (becas, subvenciones, oferta de servicios…).

El funcionamiento de la administración es complejo. En ocasiones, obligado por los necesarios límites y contrapesos necesarios para garantizar el mejor uso posible de los recursos públicos.

Pero no hay ningún motivo para trasladar esta dificultad al ciudadano.

Cuando conocemos bastante bien una cuestión es dificilísimo ponerse en la posición de alguien que no la conoce, Tim Harford, en 10 reglas para comprender el mundo

Todo lo contrario. Nos debemos a los ciudadanos y nuestra obligación es eliminar todos los posibles obstáculos y establecer una relación sencilla, clara, transparente y honesta.

Las administraciones públicas tienen la obligación de eliminar todos los posibles obstáculos y establecer una relación sencilla, clara, transparente y honesta #comunicación Clic para tuitear

¿Has visto en alguna oposición un temario específico sobre comunicación, sobre cómo trasladar adecuadamente el trabajo de la administración a los ciudadanos? Ni lo vas a ver.

Seguimos anclados en el pasado y no terminamos de entender que la comunicación en el entorno público es tan importante como en el sector privado, con la diferencia que aquí debería ser percibida como una obligación y no como una opción.

La #comunicación en el entorno público es tan importante como en el sector privado, con la diferencia que aquí debería ser percibida como una obligación y no como una opción Clic para tuitear

Existe una regla básica en comunicación: Si no se entiende, no sirve.

La madurez democrática, la evolución cultural y social de los países, también se puede medir a partir de cómo se relaciona la administración con sus ciudadanos.

Y si queremos inspirarnos, ahí tenemos el ejemplo de Estonia, donde la acción va muy por delante de los discursos (políticos). Justo lo contrario de lo que ocurre en países como España.

La gente con la mente más clara y preparada es la más simple, Jack Welch


Lecturas relacionadas:

La dificultad de entender el lenguaje que utilizan las Administraciones públicas, en The Conversation

El lenguaje claro, un derecho en la administración pública, en este mismo blog

Ilustración: Freepik

 

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