Inteligencia artificial y comunicación. ¿Copia frente a arte?

 

Si hay una herramienta que ha provocado entusiasmo y ha protagonizado conversaciones desde que se lanzara a finales de noviembre, ha sido ChatGPT.

Se trata, en palabras de la propia herramienta, de: un modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI. Funciona mediante el uso de inteligencia artificial y aprendizaje profundo para generar texto en base a (sic) una prompt o contexto dado. Utiliza una arquitectura Transformer para procesar grandes cantidades de texto y producir respuestas coherentes y significativas en tiempo real.

Las posibilidades de uso y desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) son inabarcables. Uno de sus indudables alicientes es que aprende y mejora con el uso, por lo que podemos alimentarla, depurarla e ir afinando sus respuestas.

En este momento, sin embargo, mi entusiasmo respecto a ChatGPT es inversamente proporcional al revuelo provocado.

Aplicado a la comunicación puede ser un excelente apoyo, capaz de inspirarnos o mecanizar determinadas labores que consumen mucho tiempo y no aportan demasiado, en términos de diferenciación.

Su capacidad para realizar algunas tareas y sustituir el trabajo de profesionales de la comunicación dependerá, creo, más de nosotros que de la propia IA.

Si la IA puede hacerlo, quizá es que no hemos sido capaces de aportar una diferencia y seamos prescindibles.

Si no somos capaces de aportar diferencias respecto a la inteligencia artificial, quizá los profesionales de la #comunicación seamos prescindibles Share on X

Sirva el símil del mundo del arte. Si el ojo humano no es capaz de apreciar la diferencia entre un original y una copia, quizá no merezca la pena dedicarse a la pintura.

Pero, si somos capaces de valorar, demandar y reivindicar su delicadeza, la finura, el trazo, la atmósfera que recrea, la magia que desprende…, quizá aumente su valor.

Necesitamos el arte para no morir de realidad, anónimo

En comunicación, intuyo que podemos transitar por un camino similar.

Si nuestra capacidad confluye con la sensibilidad de los públicos a los que nos dirigimos, nuestra labor persistirá.

Y seguramente sea más rica, más rápida, incluso más sencilla.

Las carencias propias o la falta de interés ajeno (bastante común en comunicación, por cierto) determinarán si somos o no prescindibles.

No hay que temer a la inteligencia artificial, solo las carencias propias o la falta de interés ajeno determinarán si los profesionales de la #comunicación son prescindibles Share on X

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Fuente de la ilustración: Freepik

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