The innovations that change the world, though, often create problems before they solve them, Seth Godin

El problema de muchas empresas e instituciones no es su resistencia al cambio sino su ignorancia de la realidad.

El cambio ya se ha producido y la única opción es intentar adaptarte o no a él.

Como afirma el profesor del IE Business School Enrique Dans: «Luchar contra la disrupción es muy difícil. Pero la primera cuestión importante es entender a qué te enfrentas”.

Por ello, el debate sobre si prohibir o permitir el uso de las redes sociales en el entorno laboral no tiene, en mi opinión, demasiado sentido. Hoy día, cualquiera tiene un teléfono o una tableta con conexión a internet desde los que conectarse.

¿Cuál debería ser la opción de una empresa inteligente que quisiera sacar provecho de esta (nueva) realidad?

Indudablemente, ofrecer facilidades, incentivar a sus empleados y formarlos adecuadamente para que utilicen convenientemente las redes sociales.

¿Con qué propósito? Los beneficios son múltiples: favorece la adquisición de habilidades imprescindibles actualmente pero que no siempre se poseen, mejora la satisfacción del empleado respecto a la empresa y educa y favorece un uso adecuado de la comunicación digital.

Empleados mejor formados y más satisfechos, en definitiva.

¿Qué más? En un entorno donde la comunicación tradicional (lo que tú dices de ti) declina cada día, la reputación, la imagen pública, la confianza en una marca o institución vienen determinadas por lo que los demás digan de ti.

Y aquí los empleados, al igual que los clientes, tienen mucho que decir.

¿Algo más? En una etapa posterior o simultánea para los más atrevidos ;-), los empleados más implicados, con mayor interés y conocimientos del entorno digital pueden liderar la presencia de la organización en redes sociales, tanto hacia el exterior como hacia el interior (en el caso de una red social corporativa).

En la era de la transparencia radical, como la ha definido Paul Holmes, el temor, la opacidad, la prohibición… no son opciones

No es preciso, ni siquiera, ser demasiado audaz, basta con adaptarse a los cambios que demandan invertir menos en comunicación tradicional y más en nuevas fórmulas que aseguran mayor retorno, con menor inversión.

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Enlace relacionado:

 Y en este mismo blog:

Curso sobre comunicación digital y redes sociales

El 4 y 5 de julio imparto en Madrid un curso de comunicación digital especialmente dirigido al ámbito de las administraciones públicas.

Forma parte de la oferta formativa del Centro para el Alto Rendimiento y el Éxito Político (CAREP), con el que colaboro habitualmente, y en él diseñaremos y desarrollaremos una estrategia de comunicación digital para entidades públicas.

Fuente de la imagen: Freedigitalphotos

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