“Si quieres gozar de una buena reputación, preocúpate en ser lo que aparentas ser”. Sócrates
Antes de empezar. plantéate para qué quieres estar en Internet. Sé honesto y lee con atención los siguientes puntos:
- Para humanizar una marca (personal o empresarial), hay que humanizar previamente la persona, el partido, la organización…
Si no eres transparente, ni estás dispuesto a apostar por esta actitud de apertura, las redes sociales no son para ti.
- La esencia del entorno 2.0 es escuchar, dialogar, compartir, colaborar… con humildad. Por tanto, esfuérzate por crear una comunidad de iguales, personas con intereses similares, que nos pueden criticar y pedir explicaciones (en el caso de que seamos empresas u organizaciones políticas, por ejemplo).
Si no toleras la crítica y solo estás acostumbrado a la alabanza, las redes sociales no son para ti.
- Muéstrate tal y como eres. Sé natural, conversa, propón, baja de tu pedestal, reconoce los errores, discúlpate cuando sea necesario y verás como tu imagen, tu prestigio e influencia crecen y se fortalecen.
Si no recuerdas la última vez que te equivocaste y no sabes pedir perdón (quizá por falta de práctica), las redes sociales no son para ti.
- Las redes sociales son un medio. Utilízalo de acuerdo con tu estrategia: promueve el debate, pide ideas y colaboración, comparte opiniones, ofrece soluciones, discute, enriquece, mejora…
Si crees firmemente en la jerarquía, te consideras infalible, no admites opiniones diferentes a las tuyas o simplemente piensas que no van a aportar mucho a tu negocio, persona u organización, las redes sociales no son para ti.
En resumen
- Crea, comparte, conversa, ofrece contenido útil, valora las opiniones ajenas, utilízalas para mejorar tu marca o tu organización, sé generoso con los agradecimientos… Y, sobre todo, piensa siempre en los demás y escucha antes de hablar.
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