El error número 1 en comunicación que deberías evitar
No sé si el primero pero desde luego, tal y como desvela este artículo publicado recientemente en el portal Ragan.com, se trata de un clásico en la gestión de la comunicación, sin importar demasiado el tamaño o circunstancias concretas de la organización.
¿Y cuál es? Nuestra tendencia, aún, a creernos nuestras propias exageraciones, a magnificar todo lo que hacemos, a perder la perspectiva y el equilibrio necesarios para valorar nuestra labor con cierta objetividad, neutralidad profesional.
Más allá de determinados valores intrínsecos a la comunicación, como la honestidad, en un entorno como el actual con paredes de cristal y una exigencia total de transparencia no tiene ningún sentido aparentar lo que no se es.
En un entorno como el actual con paredes de cristal y una exigencia total de transparencia no tiene ningún sentido aparentar lo que no se es Clic para tuitearY sin embargo, suele ser habitual ver presentaciones de productos o realizar determinadas campañas de comunicación donde se ofrecen soluciones milagrosas que se quedan, posteriormente, en meros parches, en el mejor de los casos.
La pasión, la emoción son cualidades notables, y más en comunicación, pero no han de nublarnos el juicio.
He asistido, he participado -incluso- en campañas, donde se anunciaban géiseres en espacios ornamentales urbanos que no pasaban de ser una fuente con varios chorros, graciosos, apañados, pero meros hilillos de agua a presión.
Solemos disculpar muchas cosas, pero somos bastantes intransigentes con el engaño.
La primera vez que me engañes será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía, proverbio árabe
Quizá la solución más sencilla sea tomar cierta distancia, porque en comunicación lo realmente importante son los otros, no nosotros.
En #comunicación, lo realmente importante son los otros, no nosotros Clic para tuitearY recuerda que
si quieres gozar de una buena reputación, preocúpate en ser lo que aparentas ser, Sócrates
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