¿Cuál debería ser el papel de un director de comunicación en los tiempos que corren?
¿Está realmente asumiendo sus responsabilidades, está preparado para ello, o se ve rebasado por el entorno y los cambiantes retos que debe afrontar?
El último informe de la Arthur W. Page Society sobre el nuevo CCO (Chief Communications Officer) y su capacidad de liderar la transformación de las empresas trata de contestar a estas preguntas. [Puedes consultar igualmente el resumen en español que ha preparado Corporate Excellence].
El texto señala algunos de estos retos:
- La reinvención de los modelos de negocio tradicionales.
- Un entorno que varía cada día, tanto en el aspecto demográfico, sociopolítico, cultural…
- Una revolución en el modo en el que nos relacionamos, ya sea con personas o instituciones.
Y marca las funciones que debería desempeñar:
- Asesor y líder estratégico.
- Garante de la reputación corporativa, con valores innegociables como la transparencia y la ética.
- En contacto permanente con la dirección y con capacidad para liderar y coordinar la generación de contenidos y la relación con los grupos de interés.
Llama la atención, sin embargo, que se señale en el informe a la comunicación interna como una de las nuevas funciones que debe asumir el responsable de comunicación.
Se agradece el reconocimiento de la comunicación interna como una función básica en la gestión de los intangibles de cualquier empresa, pero de ahí a considerarla una novedad…
La comunicación interna debería haber sido siempre una prioridad estratégica pero las organizaciones, y muchos de sus responsables de comunicación, estaban cegados por el brillo de otros actores, externos, y con menor incidencia en el negocio.
Habrá que celebrar que el término ‘engagement’ sirva lo mismo para un roto que para un descosido. Y si es para vincular ineludiblemente la comunicación interna con los valores organizativos, pues mejor que mejor.
La comunicación interna, a pesar de lo que digan estos señores de Arthur W. Page, puede estar de moda pero no es una moda.
No sé qué te parece a ti.