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En el ámbito de la comunicación, sin duda, el karma existe:

Ninguna buena obra queda impune, anónimo

 

Básicamente, porque como diría Manuel Campo Vidal: Comunicar -siempre- tiene efectos secundarios

Hoy día, además, existe un imperativo ético, una demanda de transparencia, una transcendencia social que las actividades y los servicios que nos ofrecen las empresas no pueden obviar.

Sencillamente, ya no es una opción.

Recogía recientemente PR News un artículo con algunas experiencias de empresas que habían intentado paliar las consecuencias del huracán Hurvey con acciones solidarias. No me sorprendió la presencia de Southwest Airlines, una empresa cuyas excelentes iniciativas ya habíamos comentado en este blog.

Pero sí me llamó la atención el hecho de que no se hubieran difundido desde la empresa. Una circunstancia que no ha evitado que trascendiera, incluso aquí, a miles de kilómetros de distancia, alejados del foco mediático en torno a la tragedia, en un modesto blog sobre comunicación…

Y, por ello, resulta inaudito que determinados entornos, tanto empresariales como especialmente políticos e institucionales, se empeñen aún en mantener prácticas que son abiertamente contraproducentes:

 Ocultar información, con la vana esperanza de que no se conozca. Si has hecho algo mal, sé el primero en comunicarlo, en pedir disculpas, en ofrecer contraprestaciones y en hacer todo lo posible para que no vuelva a ocurrir.

 Ofrecer información que solo interesa a la propia empresa. Olvida prácticas propias de otro siglo y aporta contenidos interesantes para tu público, no solo para ti. Parece de Perogrullo: si la información que compartes o el diálogo que aspiras a construir se centra solo en tus intereses…

La conversación actual es ubicua e instantánea. No se puede controlar. Aspira a estar presente en ella, a mejorarla con tus aportaciones, a ser de utilidad para quienes participan en ella. Pero no olvides que eres uno más. No intentes liderarla artificialmente ni monopolizarla. No podrás.

La conversación actual es ubicua e instantánea. No se puede controlar Clic para tuitear

En lugar de ocultar o mostrar un reflejo único de tu organización, apuesta por vincular tus actividades a un relato propio, basado en valores que trasciendan. Forma y apoya a tus empleados para que estén satisfechos, comprometidos con la empresa, y puedan trasladar este sentimiento.

Y recuerda que, como en las películas en las que se comete un crimen y un grupo de personas trata de ocultarlo, la verdad termina por aparecer. Porque…

Con el tiempo es mejor una verdad dolorosa que una mentira útil, Thomas Mann

 

La peor verdad solo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande, Jacinto Benavente

Si no quieres que algo se sepa, ni lo pienses. Hoy día, una vez expresado perdemos todo control sobre nuestras palabras. Y qué decir del ejemplo de nuestros actos… Aunque, a veces, ni siquiera seamos conscientes de ellos.

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