El profesor argentino Alejandro Formanchuk publicaba recientemente en su blog una interesante reflexión sobre la cualidad de intangible de la comunicación y los esfuerzos que hay que realizar para mostrar a las organizaciones la necesidad, en ocasiones urgente, de apostar por la comunicación como una herramienta estratégica de la gestión.
En este sentido, ante la imposibilidad en muchas ocasiones de cuantificar exactamente (en cifras) qué aporta la comunicación, Formanchuk planteaba dar la vuelta a la cuestión y plantear abiertamente cuánto puede perder la empresa si renuncia a la comunicación.
En entradas anteriores ya analizamos algunos beneficios de la comunicación interna en el seno de las organizaciones, me gustaría detenerme ahora en los principales problemas que presentan las empresas que no han definido ni aplicado un plan integral de comunicación interna:
Falta de credibilidad
- La empresa y los jefes no son confiables.
- El personal no cree en lo que dice la empresa.
- Se duda de la honestidad, de la ética y de la forma de hacer negocios de la empresa.
- No se cumple lo que se promete.
Falta de coherencia
- Los jefes no dicen lo que piensan y no hacen lo que dicen.
Cultura basada en el secretismo y la desconfianza
- La empresa se guarda información, no comunica todo lo que debiera.
- La dirección cree que cuanto menos sepa el empleado sobre la marcha de los negocios, mucho mejor.
- La información no llega en tiempo y forma.
Mal manejo del poder
- Los mandos intermedios filtran la información (cuando circula hacia abajo o hacia arriba).
Falta de confianza en la comunicación
- La empresa no cree que la comunicación interna sea una herramienta de gestión estratégica.
Se subestima al personal
- La empresa considera que el empleado tiene que hacer lo que uno le pide y nada más.
- Cree que su opinión no es valiosa y que cada uno debe ocuparse de lo suyo.
- Nadie escucha al personal, sus dudas, problemas, ideas.
- Tampoco se incentiva la participación, motivación o integración.
Un catálogo al que se podrían añadir otras muchas cuestiones como las recogidas recientemente por Núria Vilanova en su blog.
Al final, si el diagnóstico es tan claro, por qué nos cuesta tanto aplicar el tratamiento adecuado. Una reflexión que igualmente podría aplicarse a las posibilidades que ofrece una herramienta coral como las redes sociales.
Puedes ampliar la información sobre este tema en otras entradas de este mismo blog:
4 Comentarios
AnaSequea
Luis muy bueno tu planteamiento, pero aunque suene fácil el aplicar el tratamiento adecuado, va más allá; pues las empresas desconocen en sí la base de las comunicaciones internas y en ocasiones te puedes encontrar con empresarios que piensan que «comunicar más de lo que se debe puede ser perjudicial» cuando es todo lo contrario.
Saludos
Luis Miguel Díaz-Meco
Muchas gracias Ana.
Efectivamente, tal y como comentas, parece que hay una corriente mayoritaria de pensamiento -ajena por completo al ámbito de la comunicación- que piensa que cuanto menos se comunique mejor. Lo que también ignoran es que si ellos, sus organizaciones, no comunican, alguien lo hará por ellos y seguramente el resultado no les guste.
Un saludo.
José Luis López
Buenas tardes muy buen artículo pero lamentablemente para el 99% de las empresas el trabajador sigue siendo un número productivo sin pensamiento, sin lógica y sin poder de decisión. Mientras esa mentalidad no cambie ni este y ni nungun país cambiara su situación. Quien realmente hace que una empresa sea viable o no al 90% es el trabajador.
Luis Miguel Díaz-Meco
Efectivamente, José Luis.
Ignoro en qué porcentaje exacto, pero la mayor parte de las empresas descuidan a su público interno y luego se lamentan de su falta de resultados en este, y en otros campos 🙁
Gracias por asomarte al blog y un cordial saludo!