Construir una identidad de marca sólida es un aspecto básico en el mundo empresarial actual.
¿Por qué? Básicamente, porque cada día la atención del público al que nos dirigimos es más escasa, la competencia es feroz. Destacar es muy difícil, pero carecer de una estrategia de comunicación corporativa nos aboca a la invisibilidad y a la indiferencia.
Nos jugamos distinguirnos de nuestros competidores, ser capaces de establecer conexiones emocionales con la audiencia, favorecer la lealtad del cliente y, en definitiva, mejorar nuestras opciones de éxito empresarial.
¿Cómo lograrlo? Gracias a las siguientes estrategias de comunicación corporativa:
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Define la identidad de tu marca: conócete a ti mismo…, y a tu audiencia
La reflexión es básica en todo proceso de comunicación.
Antes de lanzarnos a trasladar determinado mensaje, es obligatorio conocer quiénes somos (parece obvio, pero no siempre lo es), qué valores representamos o aspiramos a representar y a quién nos dirigimos (otro aspecto sobre el que es preciso realizar un análisis previo).
Solo de esta manera estaremos en condiciones de acercar la esencia de la empresa a las necesidades de nuestro público objetivo.
A partir de aquí, nuestra estrategia de comunicación corporativa se convierte en algo mucho más sencillo. Sin esta reflexión es imposible.
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Crea un mensaje consistente: coherencia, transparencia, humildad…
Si ya tenemos clara nuestra identidad de marca, ahora sí, es el momento de comenzar a trasladarla.
Aquí es cuando la comunicación realiza su magia.
Los medios pueden variar en función de nuestro público (web, redes sociales, boletines electrónicos, encuentros, presentaciones…), pero valores como la coherencia, la transparencia o la humildad deberían resonar como un eco en todos nuestros mensajes.
Hay que ser capaz de trasladar nuestra percepción de la marca a la mente del consumidor. Si lo logramos, habremos dado un paso de gigante para ganarnos su confianza.
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Utiliza una narrativa atractiva: cuenta una (tú) historia, que resuene
Un estudio de la London School of Economics concluía que si presentamos una información a partir de datos o estadísticas solo se consigue una retención de entre el 5 y el 10 %.
Si optamos por un relato, este porcentaje aumenta al 65-70 %.
Y si somos capaces de que nuestro público se identifique con esta historia, el porcentaje puede llegar al 85 %.
En este caso, especialmente, sobra cualquier dato adicional.
La narrativa nos ayuda a humanizar nuestra marca, transmitir nuestra personalidad y establecer una conexión profunda con nuestro público.
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Emplea una imagen coherente
Vivimos en un mundo básicamente visual.
Y nuestra identidad pasa, también, por la imagen: logotipo, colores, tipografía, estilo… son un primer reclamo de atención, el primer paso para superar el filtro del déficit de atención que todos sufrimos.
Y más allá de su pertinencia estilística, tenemos que buscar una identidad absoluta con la marca.
Cuanto más coherente sea, más fácil será que nos identifiquen, reconozcan y valoren como una opción atractiva, sea cual sea el ámbito de nuestra actividad.
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Fomenta la participación del cliente: construir una comunidad en torno a nuestra marca
La comunicación es, por definición, un espacio compartido.
Todos estamos interesados en trasladar determinado mensaje… Pero si su contenido no interesa, atrae o permite solucionar problemas de nuestra audiencia, no tendrá demasiado recorrido.
Escuchar al cliente, facilitar su participación, es básico y no solo como actitud.
Es absolutamente imprescindible para conocer en todo momento qué percepción se tiene de nuestra marca, detectar posibles problemas, introducir mejoras…
Y, todo, con un coste muy reducido.
En definitiva, construir una identidad de marca robusta es un proceso constante, que depende de los demás, pero debe partir de un profundo conocimiento propio (tu empresa, público, mercado…).
Si somos capaces de establecer una estrategia de comunicación corporativa, capaz de definir una identidad clara, con un mensaje consistente y auténtico, que encierre una historia atractiva (también a partir de una imagen visual coherente) y que facilite la participación del cliente, tendremos mucho más cerca el éxito.
Llegará un momento en que nuestra identidad trabajará para nosotros.
Fuente de la fotografía: Pexels