Escépticos del mundo, resignaos. Es bastante probable que no nos guste el panorama actual de las redes sociales, que no comprendamos determinados usos o que discrepemos de cómo las grandes empresas utilizan sus algoritmos para fomentar adicciones o trapichear con tus datos.
Pero parece indudable que el entorno digital, especialmente entre los más jóvenes, debería centrar nuestros esfuerzos y ocupar un lugar destacado en nuestra estrategia de comunicación, ya sea corporativa o personal.
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Olvídate de gatos adorables y memes virales. O no…
Las redes sociales son una herramienta estratégica poderosa, imprescindible, para impulsar la comunicación corporativa de cualquier empresa.
Varían nuestros objetivos y los medios de los que disponemos, pero desde un gigante corporativo a un profesional o un emprendedor deberían contemplar una estrategia digital acorde con su actividad.
Y más allá de prejuicios, es posible integrar desde gatos (adorables) a memes en nuestro contenido, si el público, el producto o servicio y el tono de nuestra conversación lo permiten.
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Conéctate o arriésgate al olvido: el juego de las relaciones (digitales)
El entorno digital se funde con nuestra actividad diaria. Salvo casos excepcionales, la inmensa mayoría de organizaciones, empresarios, autónomos, profesionales… necesitan dar a conocer sus productos y servicios, establecer conexiones con posibles socios, proveedores, clientes…
Y las relaciones digitales son el vehículo ideal. Nos permiten visibilidad, fortalecen nuestra imagen, humanizan nuestra marca y nos facilitan una ventana al mundo.
Eres aquello que Google dice que eres, Gianluca Giansante (La comunicación política online)
El networking, el hacer contactos de toda la vida, no depende ya de determinado evento, ni tiene horario ni fecha. Existe todo un cúmulo de posibilidades para aquellos que tengan interés en ampliar su círculo profesional o personal (aficiones, filias, rarezas…).
La fórmula para establecer relaciones ha cambiado. Su esencia, no.
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El buen contenido no es suficiente, hay que comunicarlo adecuadamente para que sea percibido como valioso
El contenido (interesante para el que lo recibe, no solo para el que lo crea) sigue siendo el elemento central de cualquier estrategia.
Pero, a partir de ahí, es imprescindible lograr una comunidad en torno a él.
Hasta el mejor producto del mundo necesita un público que lo aprecie. ¿Cuántas novedades interesantes se han malogrado simplemente por no estar en el momento adecuado ante el público preciso?
Hoy más que nunca, una buena estrategia de comunicación puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Sé creativo. Experimenta con diferentes formatos (ya sabes que vídeos, infografías… son un plus) y utiliza el humor si la ocasión, el público y el entorno lo favorecen.
Utiliza la creatividad como brújula, adáptala a cada situación (necesidad), y si la ocasión lo permite, permite que el humor impulse tu contenido.
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1 + 1 no siempre son 2. El éxito más allá del número de seguidores
La verdadera medida del éxito reside en los números, pero no en el de los seguidores.
Nuestra reputación, imagen pública y, por supuesto, cifras de negocio marcarán el éxito de nuestra estrategia de comunicación.
La calidad, como casi todo en la vida, supera con creces a la cantidad.
No te conformes con números, busca impacto y autenticidad. El eco de tu mensaje resonará mucho más allá de una simple cifra de seguidores.
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No es magia, es estrategia digital
Las redes sociales no son mágicas. Sin una buena estrategia detrás se quedan en humo.
Su potencial es enorme, pero hay que tener los medios (recursos, formación…) necesarios para exprimir todo su potencial.
Inteligencia, autenticidad, honestidad, sentido del humor… son claves para una gestión profesional de las redes sociales.
Y aun así, nos tienen que acompañar los algoritmos 😉
Fotografía: Unsplash