Me ha encantado el artículo del neuroeconomista Paul Zak sobre la confianza y la motivación en las empresas publicado en Harvard Business Review.
Sus investigaciones se han centrado en cómo aplicar los hallazgos de la neurociencia para crear una cultura en las organizaciones que sea, a la vez, atractiva para los empleados y ofrezca un alto rendimiento para la propia institución.
A la luz de los datos que presenta, parece que la comunicación interna, a menudo tratada con cierto desdén, sigue revelándose como un recurso estratégico de primer nivel.
De hecho, los empleados que trabajan en empresas que generan un alto nivel de confianza muestran:
- Menor estrés (un 74 % menos)
- Más energía en el trabajo (106 % más)
- Mayor productividad (50 %)
- Menor absentismo (13 %)
- Mayor compromiso (76 %)
- …
¿Y qué es el compromiso, eso que los anglosajones llaman el high engagement?
Básicamente, establecer un vínculo estrecho con los compañeros y el trabajo, sentirse valorado, como un contribuyente neto a la mejora de la organización, y disfrutar de oportunidades para aprender y seguir creciendo.
¿Y cuáles son sus ingredientes mágicos, según nos desvela la ciencia?
Reconocimiento de la excelencia
Justo después del hecho que lo merezca, que venga de los propios compañeros, que sea tangible, inesperado, personal y público.
Autonomía
Una vez formados, deja a los empleados que desarrollen sus proyectos. Se trata de una herramienta de motivación de primer nivel que mejora los resultados y favorece la innovación.
No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué tenemos que hacer, Steve Jobs
Comparte la información. Sé transparente
El 60 % de los empleados afirma no estar al tanto de los objetivos, estrategias, incluso de la táctica (del día a día) de la organización para la que trabajan.
Empatiza. Sé buena persona
Ya lo intuíamos, pero resulta que socializar en el entorno laboral, mostrar interés por los demás, también mejora el desempeño.
Al igual que lo hace facilitar el crecimiento personal, no solo profesional, de las personas con las que trabajas.
Ser vulnerable, una fortaleza
Lejos de los cánones caducos de gestión, mostrar vulnerabilidad, solicitar ayuda y apoyarse en los demás, por muchas palabras que incluya tu tarjeta de presentación, facilita la cooperación y la confianza de los equipos. Nada nuevo, ¿o sí?
En resumen, un alto nivel de confianza y motivación conduce directamente a un aumento de la productividad individual y colectiva, a una mejora en la calidad de los productos y servicios que se ofrecen y a un crecimiento de la rentabilidad.
¿Te parecen razones suficientes para comenzar a apostar por la comunicación interna o seguimos esperando?
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