Cambiar la conducta de los demás es dificilísimo, casi tanto como cambiar de opinión uno mismo 
.
De hecho, nuestro habitual sesgo de confirmación nos suele inclinar hacia aquellas informaciones que refuerzan nuestras creencias y nos aleja de aquellas que ponen en duda nuestras convicciones.
En tiempos como los actuales, donde las incertidumbres crecen exponencialmente, las dificultades aumentan.
Tenemos un claro ejemplo en la gestión de la actual pandemia de la COVID-19 y en las recomendaciones y decisiones sobre determinados hábitos, como el uso de las mascarillas.
Un reciente artículo del New York Times apuntaba varias claves para comunicar, con éxito, (en tiempos de) la incertidumbre.
PUBLIC HEALTH EXPERTS HAVE ERODED TRUST BY NOT ACCURATELY COMMUNICATING UNCERTAINTY
- Si te equivocas -bien por un error propio, bien porque se conocen nuevos datos y se han de tomar nuevas decisiones- pide disculpas.
Así de sencillo. No pasa nada. Queremos organizaciones humanas, que incluso se equivocan (algo antes impensable 
) y saben rectificar.
- Mezclar expertos técnicos (conocimientos y experiencia) con política nunca ayuda. Y si no, tenemos el ejemplo de España y sus continuos problemas de comunicación.
WHEN YOU MIX SCIENCE AND POLITICS, YOU GET POLITICS
- Porque la confianza, la credibilidad, se gana. No se puede comprar.
YOU CANNOT FORCE TRUST. YOU EARN IT BEING HUMBLE AND TRANSPARENT, AND BY LISTENING
En resumen, hemos de aprender a gestionar y comunicar la incertidumbre.
Necesitamos una enorme capacidad de adaptación y la flexibilidad necesaria para mantenernos de pie en este nuevo contexto que nos ha tocado vivir.
Las certezas, el blanco o el negro, dejan paso a una enorme gama de grises. Elige tu color pero no olvides que el gris vuelve a estar de moda.
Enlaces relacionados:
How transparent communication can bolster communal trust and credibility
Fuente de la imagen: Unsplash
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