El último número de la revista Más poder local, publicación absolutamente recomendable, está dedicada en exclusiva a la comunicación y la política 2.0.
Entre sus artículos, me gustaría comentar dos que ofrecen -desde diferentes perspectivas- cuáles deberían ser las pautas en las que gobiernos, políticos y política deberían moverse para adecuarse a las nuevas herramientas y, sobre todo, a las nuevas actitudes que demanda un entorno nuevo y cambiante.
El primero, firmado por el profesor de Comunicación Política Javier del Rey Morató, analiza las nuevas formas de comunicación que Internet impone y que deberían conducir a:
- La creación de una administración sensible a las necesidades de los ciudadanos.
- El desarrollo de servicios electrónicos (e-servicios).
- El fomento de la comunicación (sí, sí, que la información fluya en una doble dirección, no como hasta ahora) con los ciudadanos a través de los servicios puestos a su disposición.
El e-gobierno unifica la administración, simplifica y abarata los trámites y permite abordar una transformación completa del modo actual («arcaicas rutinas») en el que se trabaja.
El profesor de Derecho Constitucional y Socio Director de DOG COMUNICACIÓN, Rafa Rubio, reflexiona sobre las campañas online y establece una serie de pautas que garantizan marcar la diferencia:
- Las herramientas 2.0 permiten llegar a un buen número de personas de una manera cercana y creíble y, sobre todo, crear una cadena que permita transmitir estas ideas a diferentes círculos sucesivos de influencia.
- Para cualquier estrategia, se requiere continuidad y perseverancia; si bien, la campaña tiene que ser capaz, por sí sola, de trasladar algo interesante y atrayente. La clave está en adaptar este mensaje, este contenido interesante, a cada medio, con un lenguaje propio y respetando los tiempos.
- Más allá del entorno, ofrece además una serie de recomendaciones que nunca fallan: empatía (ponerse en la piel del otro), saber escuchar y ser auténtico.
Como corolario habría que añadir -utilizando el símil del anuncio televisivo de un producto antigripal- que todo esto es posible sólo si usted (político o institución) quiere.
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Puedes consultar otras entradas de este mismo blog que también han tratado aspectos relativos a la comunicación política:
2 Comentarios
Julio Aliaga
Está muy bien el artículo. Define de forma resumida y clara qué es lo que se debería hacer.
Y ahora yo planteo una pregunta que me ronda po la cabeza desde hace algún tiempo.
Las campañas electorales y los grupos políticos tienen posibilidades de ganar si tienen la financiación sufuciente para pagar la publicidad, mitines, etc. pero…
¿Qué pasaría si un nuevo partido político apareciera sin medios económicos en las redes sociales como principale medio de dar a conocer su programa? No le debería nada a nadie y tendría libertad total.
Luis Miguel Díaz-Meco
Muchas gracias por tu comentario Julio.
En respuesta a tu pregunta, creo que hay que reflexionar previamente sobre el protagonismo real de las redes sociales, aún minoritarias pese a su creciente utilización.
Las nuevas herramientas permiten una ventaja comparativa enorme y han democratizado la relación con los electores pero creo que, desgraciadamente, aún es pronto para que un partido con implantación prácticamente exclusiva en las redes pueda romper las enormes obstáculos de partida que aún plantea el sistema político actual.
Un abrazo