Comunicación sin estrategia, una estrategia demasiado habitual

La táctica sin estrategia es el ruido que precede a la derrota, Sun Tzu

Nos hemos acostumbrado al ruido. Nos sentimos cómodos en él. El entorno actual, además, nos empuja a llenarlo todo; el silencio está en desuso y, lo que es peor, cada día más desprestigiado.

Con la comunicación ocurre lo mismo. La reflexión, la estrategia, la planificación, incluso la escucha, ceden su lugar a la vorágine del día a día.

Las empresas y las instituciones se embarcan en una carrera… hacia ninguna parte.

¿Podríamos imaginar un servicio de bomberos, por ejemplo, que estuviera permanentemente apagando incendios?

Pues, a menudo, es lo que ocurre en comunicación: 24 horas de acción, 0 de reflexión.

Si damos un paso más, en cualquier empresa o institución, no puede haber gestión estratégica sin comunicación estratégica. Y a la inversa tampoco funciona.

¿Cómo vamos a escuchar la demanda (externa) de los clientes e (interna) de los empleados?

¿Vamos a perder ese caudal de conocimiento e información para mejorar nuestros productos y servicios (desde el exterior) y para simplificar procedimientos, aumentar la productividad y los resultados (desde el interior)?

Afirmaba recientemente el profesor de la Universidad de Navarra, José Luis Orihuela, a propósito de Twitter, que un buen directivo sabe que la herramienta no es la estrategia.

Apliquémonos el cuento y  la próxima vez que planteemos una acción de comunicación parémonos antes a reflexionar si encaja en la estrategia.

O mejor aún tracemos una estrategia en la que la comunicación encaje desde el primer día.

Nos ahorraremos disgustos y sofocos. Y entre fuego y fuego, seguro que se nos ocurre cómo prevenir el siguiente.

Fuente de la imagen: Freedigitalphotos