La peor verdad solo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande. Jacinto Benavente
Es curiosa la escasa atención (inversión) que aún dedicamos a la comunicación en empresas e instituciones y el rápido juicio que realizamos sobre sus resultados: «Es, sin duda, un problema de comunicación».
Esta última semana hemos vivido dos episodios paradigmáticos: el misterioso caso del máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y las desavenencias familiares en la casa real española.
Opiniones políticas y sesgos de confirmación al margen, no creo que en ninguno de los dos casos la imagen trasladada y el daño reputacional de instituciones y personas se deban a la gestión de la comunicación.
Sin conocer todos los detalles de ambos casos, el problema, como casi siempre, es de fondo, de esencia, de valores… Y quien sale perjudicada es la comunicación.
Sé, haz -y solo entonces- comunica
Y mucho más si hablamos de entorno político o institucional, y en España, con organizaciones y líderes anclados en hábitos del pasado que los ciudadanos, pese al interés que mostramos, seguimos sin entender.
Vivimos, por si alguien todavía lo ignora, en una época de transparencia absoluta. Si no quieres que se sepa algo, ni lo pienses.
Vivimos, por si alguien todavía lo ignora, en una época de transparencia absoluta. Si no quieres que se sepa algo, ni lo pienses Clic para tuitearPara basar una estrategia en determinados valores, primero has de tenerlos. A todos nos gustaría ser más guapos, más altos, más jóvenes… pero no siempre lo somos
Intentar aparentarlo, disfrazarlo, maquillarlo o directamente mentir es el paso más corto al suicidio, al final de tu reputación; ya seas un profesional o una empresa.
Aparentar lo que no eres, y no digamos ya mentir, es el paso más corto al suicidio, al final de tu reputación; ya seas un profesional o una empresa Clic para tuitearPor muy rápido que corra la mentira, la verdad siempre la alcanzará. Jacob Cats
La comunicación tiene infinidad de virtudes y saber utilizarla convenientemente es un don; pero todavía no cambia la realidad.
Tal y como dice, Enrique Sueiro: «La mejor comunicación no arregla la peor realidad».
Así que la próxima vez que emitamos un juicio (apresurado) sobre las consecuencias de determinada estrategia de comunicación pensemos en si había alguna otra opción… O el desastre era inevitable.
Hemos descubierto al enemigo… y somos nosotros. Pogo, tira cómica EE. UU.
Fotografía de Pexels.